Los nuevos lugares para celebrar matrimonios
<P>Nuevos lugares se abren paso dentro de las ya tradicionales casonas o centros de eventos para matrimonios. Un segmento que, según los entendidos, es cada vez más exigente a la hora de escoger dónde realizar esta fiesta tan importante en la vida.</P>
Se piensa que será una vez en la vida. Por eso, escoger el lugar donde festejar el matrimonio resulta prioritario. Los expertos en el rubro coinciden en que este segmento se ha puesto cada día más exigente y, por eso, se han abierto nuevos lugares en Santiago destinados para esta ocasión.
Uno de ellos son los domos del Club Ecuestre Internacional de La Dehesa. Inaugurado en marzo del año pasado, este lugar, que está en lo más alto de Av. La Dehesa (casi al llegar a Pie Andino), pertenece al banquetero Pablo Montt y el arquitecto Francisco Undurraga. Fue este último quien lo construyó, con estructuras textiles circulares unidas entre sí y que abarcan una superficie de 2.000 m2. Suficientes para atender a 700 invitados, que pueden disfrutar de una imponente vista de Santiago. "Lo mejor es si hay una puesta de sol. El lugar es moderno y novedoso. Yo me he quedado hasta bastante tarde, cosa que no hago normalmente", cuenta María Paz Rauch, jefa de comunicaciones de la U. de los Andes y que ha estado dos veces en un evento de esta categoría en los domos. Una fiesta de matrimonio cuesta alrededor de $ 5.000.000.
Hace 10 meses que su nombre empezó a resonar en el ambiente de los after office. Pero la idea de los dueños del Alto San Francisco -los hermanos Jorge y Claudio González- siempre fue arrendarlo para matrimonios. Este lugar está enclavado en el piso 9 de un antiguo edificio del barrio París-Londres, en el centro de Santiago, y cerca de las iglesias más cotizadas para casamientos: la San Francisco de Asís, la de La Merced y la de San Ignacio. "Desde un principio lo diseñamos como un lugar para un segmento que es cada vez más exigente", explican. Quienes han estado ahí destacan el lugar por su buena conectividad, estacionamientos seguros y un espacio acogedor y preparado para atender a los invitados. "Mi hermano se casó en la iglesia San Francisco, y después caminamos por calles de adoquines hasta la fiesta en el noveno piso. Fue preciosa, el lugar amplio y buenos baños", comenta Manuela Jobet, periodista de revista Paula. ¿La tarifa? Bordea los $ 7.100.000.
Un rincón de Santiago en el que aún no se han hecho este tipo de celebraciones, pero que comienza a ser cotizado, es el anfiteatro Plaza Mirador Pablo Neruda, del cerro San Cristóbal. Desde su inauguración, en septiembre del año pasado, sólo se han realizado eventos privados y la jefa de prensa del Parque Metropolitano, Javiera Córdova, dice que el lugar pasó la prueba. "Por eso, comenzaremos a promocionarlo en los próximos meses. A la gente le gusta estar celebrando en lo más alto de la ciudad, por la vista. Aunque no hay muchos estacionamientos, lo que hacen las productoras es poner una van en la entrada por Pedro de Valdivia Norte, para trasladar a los invitados", cuenta Córdova. El costo promedio es de $ 1.800.000 y adentro caben 300 personas.
¿Y si los invitados se quedan a dormir después del trasnoche? Es una modalidad que está creciendo. La Casona San José de Las Vertientes, en la precordillera del Cajón del Maipo, fue remodelada hace dos años y tiene dos salones -cada uno para 350 invitados- y cabañas para 58 invitados. La gracia está en que al día siguiente, novios e invitados pueden disfrutar de un almuerzo con cordero al palo y de la piscina. El check-out es a las 18 horas.
Hasta la fecha se han hecho 200 fiestas y está reservado hasta marzo de 2012. El promedio por persona es de $ 37.000.
Existen otros lugares exclusivos en Colina. Ahí está el centro de eventos Los Ingleses de Chicureo, que tiene un servicio integrado de la banquetera Marta Sánchez, más amplios salones, climatización, iluminación y estacionamientos. En su año y medio se han festejado 80 matrimonios, la mayoría animados por el DJ Camilo Lyon.
Sólo para socios y sus hijos es el exclusivo club Valle Escondido, en Lo Barnechea. El lugar, ubicado en pleno valle de La Dehesa, permite celebrar matrimonios que no superen las 320 personas y atendidos por la cocina del chef Christian Ladrón de Guevara. Su gerente, Pablo Matte, explica que ahí existe un club house, "pero también se puede encarpar, respetando las restricciones de ruido", asegura.
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