Los problemas de José Basualdo antes del estreno

Había poca gente en el Caracol Azul. Desde que el nuevo técnico, el argentino José Horacio Basualdo, asumió la banca de Universidad de Chile le ha costado más de la cuenta juntar a todos sus pupilos.

Ayer, por ejemplo, Miguel Pinto y Emilio Hernández tenían permiso para ausentarse, mientras que Marco Estrada se realizaba exámenes; los defensores Rafael Olarra y Osvaldo González trabajaron aparte del grupo y Juan Manuel Olivera, Walter Montillo y Manuel Villalobos apenas trotaron suavemente. Además, Manuel Iturra y José Rojas siguen lesionados...

Basualdo se retiró de la práctica sin hablar con los medios, pero no era necesario que dijera nada: su cara denotaba la preocupación por el irregular trabajo que ha podido realizar a un par de días del trascendental duelo del jueves ante Universidad de Concepción, el que definirá al equipo que representará a Chile en la Copa Sudamericana junto a Unión Española. Con el poco material disponible, Basualdo paró un equipo tentativo, en el cual sólo estaban Felipe Seymour y Angel Rojas de los 11 que ganaron la final del Apertura.

"Hemos tenido poco tiempo de descanso y venimos de algunos días libres. Le estamos dando una ventaja muy grande a Universidad de Concepción, pero así es esto y ya está", se quejó Olivera. "Estamos trabajando mucho para que el 'Pepe' comience con el pie derecho. Las ganas tienen que poder más que el cansancio, porque si el jueves no ganamos, todo lo bueno que hicimos en el torneo pasado no nos va a servir de nada", concordó Montillo.

No gustan canchas de Lampa

Los jugadores de Universidad de Chile comienzan a despedirse poco a poco del Caracol Azul. El complejo que albergó a la "U" en los últimos años será destruido y en el lugar se construirán canchas de hockey sobre césped.

Azul Azul se vio obligada, entonces, a conseguir nuevas canchas en las cercanías del estadio Municipal de La Cisterna, donde se instalará el equipo en el futuro. El problema es que, en el mejor de los casos, estarían disponibles a principios del próximo año. Por lo mismo, la dirigencia universitaria debió arrendar una locación temporal, en la zona de Lampa.

El traslado es inminente, pero ha habido un inconveniente que ha retrasado los planes: el mal estado de los campos de juego. "Las canchas están muy malas allá. Hay que quedarse acá mientras tanto", exigió Olivera.

Los miembros del plantel no están del todo conformes con el complejo que deberán utilizar los próximos seis meses y solicitaron que el pasto se mejorara, pues temen lesionarse en un campo tan irregular.