Los shuper crecen y se consolidan como tribu urbana emergente

<P>Son jóvenes de clase media alta, con poder adquisitivo y adictos a la novedad: usan ropa de diseñadores jóvenes, escuchan rock indie y van a fiestas en galpones abandonados. Una corriente en crecimiento debido al aumento del poder adquisitivo en las nuevas generaciones. Para algunos especialistas, no son más que "siúticos posmodernos".</P>




"La gente cool no carretea con el montón el fin de semana o en el happy hour con el oficinista". Así de tajante es Valentina (24), una publicista que prefiere juntarse tarde con sus amigos y de lunes a jueves en el Bar Constitución, donde dice, "va gente con onda y sin horario: productoras de moda, músicos, diseñadores".

Son los shuper, una tribu urbana que cada día gana más terreno y que la encuesta de Participación de Juventud de la UDP-Feedback nombra como grupo emergente, frente a otros ampliamente conocidos como los pokemones.

Son jóvenes universitarios o profesionales recién egresados, con poder adquisitivo, y que sienten una fascinación por la novedad y el consumo, lo que les hace ganarse la antipatía del 56% de los jóvenes chilenos, según la encuesta de la UDP. "No me gustan los lugares pasados a ropa americana, o sea masivos. Prefiero los menos conocidos", explica Valentina.

Prefieren mezclar prendas de jóvenes diseñadores independientes con ropa vintage, mucho colorido y accesorios: lentes oscuros con marcos gruesos, boinas y audífonos grandes. Su calzado favorito son las zapatillas de caña alta y diseño retro.

Un estilo que lucen en páginas web donde suben sus fotos y donde son criticados por otros seguidores de esta tendencia: "¿Look vanguardista?, eso sería vanguardista tres años atrás. El fluor y colores con zapatillas con caña ya esta out todo el rato!", reclama Jo en el blog vistelacalle.com. Una lógica que también se aplica a sus gustos musicales: prefieren el rock indie y si es desconocido, mejor.

Tras la pista de lo exclusivo

Los shuper son una tribu nómade que se desplaza en busca de su presa de caza: lugares poco frecuentados que combinen lo clásico con lo vanguardista. Es común verlos en barrios como Lastarria, donde hay una gama de tiendas de vestuario y diseño exclusivas como "Zoo Concept": una zapatería-disquería, donde hay que tocar el timbre para poder entrar.

Un shuper jamás iría a discotecas como Sala Murano ni tampoco mandarían un correo electrónico masivo invitando a una fiesta. "Nos enteramos de las fiestas por el boca a boca", dice Valentina, quien agregaque los lugares preferidos por estos jóvenes son bares como el Constitución y el Loreto y también galpones abandonados como el club La Unión y Cellar en Santiago Poniente. "La gracia es que haya una fachada muy mala y la gente se encuentre adentro con una fiesta increíble", explica Claudio (26), fotógrafo de fiestas.

¿Shuper o no shuper?

Ni Valentina ni Claudio se reconocen como shupers y los especialistas dudan de que sean una tribu urbana. "Son más bien un cholguán, un aglomerado de personas que buscan estatus a través del consumo", destaca Rodrigo Larraín, sociólogo de la Universidad Central. "Son consumidores ávidos de novedad, pero no sé si tengan tantas cosas compartidas", indica el sociólogo Tomás Ariztía de la U. Diego Portales, quien agrega que se trata de "una suerte de nuevo esnobismo, gente trendy que hace del consumo un espacio donde construyen su identidad individual y la llevan al extremo".

Para Larraín, el fenómeno de los shuper es una tendencia en aumento, asociada al mayor poder adquisitivo que tienen las nuevas generaciones de la clase media. "Es una suerte de movilidad social, una siutiquería posmoderna", concluye.

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