Los testigos y episodios que marcaron las últimas horas del líder de la secta de Colliguay

<P>La noche del 30 de abril, Ramón Castillo fue visto mendigando por el centro de Cusco.</P>




Un joven huyendo de una fotografía con flash, una comerciante sorprendida por un supuesto turista que camina solo y desaseado por la mitad de la calle, y un policía que realiza una inspección de rutina en una casa abandonada y encuentra el cuerpo de un autodenominado dios.

Estos son algunos de los testigos y episodios que marcaron las últimas horas de Ramón Castillo Gaete, el líder de la secta de Colliguay, quien se quitó la vida el 1 de mayo, en la ciudad peruana de Cusco.

El suicidio del autoproclamado "Antares de la Luz" se produjo luego de que dejara Chile, tras perpetrar -el 23 de noviembre de 2012- el crimen de su hijo recién nacido. Por este delito están en prisión preventiva siete de los integrantes de la agrupación (la madre del bebé por parricidio y los otros seis por homicidio calificado).

1 El terminal de buses

En el terminal terrestre de Cusco, un desesperado Castillo intentó conseguir dinero para escapar del asedio policial. Eran cerca de las 20.30 del martes 30 de abril y, según testigos, estaba sin compañía. "¿Me puedes dar dinero?", asegura Helen Huallpa que le dijo el chileno. La mujer es empleada del terrapuerto y estaba controlando el ingreso de los pasajeros a las rampas para abordar los vehículos. A esa hora, la mayoría de los vehículos partía rumbo a Arequipa, Puno y Apurímac.

"Me hizo asustar, porque es raro que un turista te pida dinero. Además, estaba muy sucio", recuerda Huallpa.

De acuerdo a otros funcionarios del lugar, Castillo continuó mendigando hasta que ocurrió algo imprevisto. "Alguien tomó una foto con flash y el chileno salió corriendo", afirma Rubén Quispe, otro trabajador del terminal.

2 Calle Plateros

La investigación fiscal sitúa esa misma noche a Ramón Castilo en calle Plateros, a unos metros de la Plaza de Armas. Fuentes de la policía afirman que, alrededor de las 22.00 de esa jornada, el líder de la secta de Colliguay fue visto transitando por la céntrica vía de Cusco. De acuerdo a esta versión, se desplazaba solo, con una barba corta (a diferencia del aspecto que tenía cuando encabezaba la agrupación) y portando una mochila.

Estas fuentes añaden que se están periciando las cámaras de los edificios del sector, para determinar si alguno de los transeúntes que aparecen en los registros corresponde a "Antares".

3 La vecina

A menos de un kilómetro de la Plaza de Armas de Cusco, yendo hacia el este, está la casona de calle Shapy, número 872. A 500 metros está también la comisaría de Cusco.

Marina Quispe, una mujer de unos 50 años que tiene una caseta donde vende pan, galletas y bebidas, cuenta que ese martes se quedó hasta tarde en el local y que esa casualidad le permitió ver a un hombre caminando por la mitad de la calzada, del que luego tendría más noticias.

"Eran aproximadamente las 11.30 de la noche y vi pasar a un turista hacia arriba (casa abandonada). Estoy segura de que era él", contó.

Según Marina Quispe, el transeúnte portaba una mochila y llevaba la barba corta y algo descuidada. Tenía un paso cansino e iba distraído, "como si estuviera drogado", dice.

4 El ayuno

trabajan

para esclarecer si en esas horas

El líder de la secta de Colliguay se suicidó en una vivienda abandonada hace 25 años y descrita como una casona fantasmal: de una fachada que recuerda a las construcciones del siglo XVIII, pero con las puertas rotas, las vigas a la vista y contaminada por grafitis. El piso está sucio con botellas vacías, paja y ladrillos sacados de la misma construcción.

5 Inspección de rutina

El hallazgo del cuerpo fue fortuito. Fuentes policiales afirman que un integrante de una patrulla policial ingresó al inmueble de la calle Shapy a efectuar una inspección de rutina cuando encontró a un hombre joven y de barba, sin vida: vestía zapatillas de trekking, jeans y un cortavientos celeste. Tenía la cabeza cubierta por un pañuelo. Era ropa de calidad, lo que estaba en contradicción con sus uñas sucias y el aspecto desaseado de su rostro.

Las fuentes policiales sostienen que las rondas en la casona no son infrecuentes. Esto, ya que allí suelen ocultarse delincuentes y drogadictos. También hay registros policiales de abusos sexuales perpetrados en el lugar.

Estas fuentes añaden que el policía comunicó del hallazgo a sus superiores y éstos a la fiscalía. La muerte del hombre, que en Chile declaró ser un dios, se había vuelto pública.

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