Los últimos avances de la ciencia para no envejecer

<P>Nuestras células tienen fecha de vencimiento y diversas partes del organismo se van deteriorando con los años. Parece inevitable. Sin embargo, el reciente Congreso Mundial de Medicina Anti-Envejecimiento nos entrega un respiro, con algunas terapias para que los años pasen más lento o se noten menos.</P>




Activación de la telomerasa

Este tratamiento apunta a los telómeros. Vamos por parte: cada célula del organismo contiene cromosomas que hospedan nuestro ADN. Al final de cada cromosoma, hay 92 telómeros responsables de mantener la calidad de nuestro material genético. Para que usted se lo imagine, podríamos decir que los telómeros son como el plástico duro que protege los cordones de los zapatos para que no se deshilachen. Cada vez que nuestras células se dividen y reproducen, los telómeros se acortan, hasta el punto de provocar la muerte de una célula. Para graficar su importancia, un estudio realizado por la U. de California demostró que las personas con telómeros cortos tienen tres veces mayor riesgo de morir de una enfermedad coronaria que aquellos con los telómeros largos. Es decir, los telómeros juegan un rol fundamental en el envejecimiento celular.

¿Cómo preservarlos? La terapia TA-65 activa una enzima llamada telomerasa que protege los telómeros y, así, las células. Esta molécula puede ser consumida como un suplemento nutricional (se adquiere a través del sitio web del fabricante) y está presente en la raíz del astrágalo, una hierba utilizada en la medicina china. El año pasado, un estudio de la Escuela Médica de Harvard en ratones encontró que la TA-65 alarga los telómeros peligrosamente cortos, restaura el sistema inmune de los pacientes e incrementa la densidad de los huesos.

Electroterapia Craneal

Dormir bien no sólo entrega placer, sino que puede ser una fuente para envejecer más lentamente. Una fórmula presentada en este congreso para alcanzar ese sueño reparador es por medio de la estimulación por electroterapia craneal (EEC) con el Alpha-Stim SCS. Se trata de un mecanismo utilizado en Rusia durante los años 50 para tratar de la ansiedad y el insomnio, condiciones que desencadenan otros problemas de salud que aceleran el envejecimiento, como las afecciones cardíacas. El EEC emite impulsos eléctricos que estimulan las neuronas, encargadas de producir neurotransmisores como la serotonina, que juega un rol clave en la elaboración de la melatonina, hormona que regula los ciclos del sueño. La corriente eléctrica a un bajo nivel normaliza el comportamiento de estas células, equilibra la producción química en el cerebro y mejora el estado mental del paciente.

El Alpha-Stim SCS, que ya está en el mercado, es un aparato un poco más grande que un teléfono celular que puede ser autoadministrado con dos electrodos que se ponen en los oídos, muñecas o la frente, como una especie de clip que entrega una sensación de cosquilleo. Los pacientes experimentan mejor sueño alrededor de los tres días siguientes y, luego de tres semanas, los resultados han mostrado que la concentración y la habilidad para digerir y recordar información también mejoran significativamente.

Proloterapia

Esta terapia tiene un rol clave para asegurar la movilidad de las personas. Su objetivo es fortalecer los ligamentos -para que lo imagine, los cables que sujetan un puente- y los tendones -unión entre el músculo y el hueso- que se van dañando con el correr de los años. Al desgastarse, exigen un mayor trabajo a los músculos, provocando dolores y espasmos. ¿Cómo recuperarlos? La proloterapia consiste en inyecciones de una solución que contiene un compuesto llamado dextrosa, que se disuelve en agua y luego es inyectado en el ligamento o tendón dañado. Esto desencadena una pequeña inflamación, que incrementa el suministro de sangre y estimula el tejido para que se repare a sí mismo. Además, para enriquecer el tratamiento, frecuentemente se aplica en conjunto con inyecciones de plasma rico en plaquetas (PRP) y enriquecido con factores de crecimiento humano.

Suplementos de óxido nítrico

Es simplemente una molécula, pero tiene propiedades protectoras sobre enfermedades degenerativas, inmunológicas y digestivas. El óxido nítrico, sin embargo, se anota un lugar en esta lista por su rol como vasodilatador, descubrimiento de 1988 que le valió el Nobel de Medicina 10 años más tarde a Robert Furchgott, Louis Ignarro y Ferid Murad. ¿Qué hace el óxido nítrico? Mejora la circulación, porque ayuda a los vasos sanguíneos a enviar un mensaje al músculo para que se relaje. Esto dilata las arterias, incrementa el flujo sanguíneo y mantiene la presión en niveles adecuados. Todo bien hasta ahí. Pero después de los 40 años, nuestra capacidad para convertir los químicos de los alimentos en óxido nítrico disminuye. Eso se traduce en una peor circulación, que puede causar pérdida de sensibilidad en las extremidades, función cerebral empobrecida, niveles de energía más bajos e, incluso, incremento en la posibilidad de ataques cerebrales. El tratamiento con un suplemento nutricional de óxido nítrico ayuda a revertir ese proceso.

El casco láser

La pérdida del cabello -más común en hombres que en mujeres- es un golpe al ego y un índice ineludible del paso de los años. Un método efectivo de su recuperación es el casco láser, una especie de capucha que puede camuflarse incluso dentro de un gorro o jockey. Esta membrana es alimentada por una pequeña pinza unida a la batería. Así, una luz roja de bajo nivel va estimulando los folículos capilares del cuero cabelludo para que produzcan pelo en mayor cantidad y de mejor calidad. Se recomiendan tres sesiones de 10 minutos a la semana y los realizadores aseguran que los resultados pueden verse en unos dos meses. Estudios europeos de las terapias con láser de baja intensidad han mostrado que frena la caída del cabello en un 85% de los casos, estimula el crecimiento de nuevo cabello en un 55% de los casos.

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