Los zombies vienen por nosotros y eso nos fascina
<P>Merodean sin cesar en el cine, la televisión, cómics y varios otros medios. Su popularidad, dicen los expertos, suele corresponder con períodos de crisis sociales y también apela a un miedo humano básico: el temor a la muerte.</P>
"Vendrán a atraparte, Bárbara", le dice Johnny a su hermana, como una macabra broma mientras visitan la tumba de su padre. Tras atemorizar a la mujer con los muertos enterrados a su alrededor, Johnny ve a un hombre que se tambalea hacia ellos… él sonríe y se aleja de Bárbara, para luego ver con horror cómo el sujeto la ataca e intenta morderla. Al defenderla, Johnny muere y ella huye hasta una casa, sólo para encontrar un cadáver a medio devorar. Era la escena inicial de La noche de los muertos vivientes, película estrenada en 1968 y considerada como la progenitora definitiva de criaturas que hoy cautivan a millones de fans: los zombies, muertos vivientes que se levantan de su tumba para devorar a cuanto humano encuentran.
Las evidencias de su popularidad sobran e incluyen desde la exitosa serie Walking Dead -que rompe todos los récords de rating-, películas como Mi novio es un zombie, la esperada cinta Guerra Mundial Z protagonizada por Brad Pitt y numerosos videojuegos, cómics, libros y "caminatas zombies". De hecho, el portal 247wallst.com calculó que las ventas de todos estos productos inyectan cada año US$ 5 mil millones a la economía de EE.UU.
Incluso, el Centro de Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC) aprovechó este fenómeno: hace un par de años publicó un cómic que enseñaba a prepararse para un ataque zombie (todo fue una estrategia educativa, ya que los pasos indicados eran idénticos a los que se siguen durante desastres naturales). ¿Qué explica que estemos "siendo comidos" vivos en masa por estas repugnantes criaturas? Investigadores que han analizado el fenómeno señalan que no es coincidencia que los zombies se apoderen del cine y otros medios en una época en que las crisis económicas, el calentamiento global y el aumento de la población protagonizan los noticiarios. Es un fenómeno que ya operaba en las primeras incursiones de estas criaturas en la cultura popular: en 1929 la novela La isla mágica popularizó el término zombie -extraído de tradiciones haitianas y africanas- mientras en 1932 la película White Zombie, con Bela Lugosi, llevó el género a las masas.
Ambas tuvieron éxito debido a su estreno durante la Gran Depresión, dijo Peter Dendle -profesor de inglés en la U. Estatal de Pennsylvania- a la cadena CNN: "En esa época, países como EE.UU. que se enorgullecían de aspectos como la individualidad y el trabajo duro se encontraron a sí mismos haciendo filas para obtener un plato de sopa. El terror en Haití no alude tanto a ser atacado por un zombie, sino a convertirse en uno, en que te quiten tu vida y tu alma y que las coloquen bajo la voluntad de alguien más".
Esta fue la conclusión a la que también llegó una investigadora de la U. de Clemson (EE.UU.), quien estudió el fenómeno zombie como parte de su tesis doctoral. La profesora de inglés Sarah Lauro analizó la evolución de películas y otras plataformas protagonizadas por muertos vivientes. Específicamente, su interés se enfoca en las "caminatas zombies" como las que han recorrido Santiago y en que cientos de fanáticos se maquillan y deambulan como los zombies del cine.
Sus investigaciones señalan que estos actos surgieron en 2003 y se popularizaron rápidamente en 2005, cuando EE.UU. vivía una profunda insatisfacción con la guerra en Irak. Hasta 2012, estos eventos habían sido documentados en 20 países, siendo el más grande el realizado en 2010 en Nueva Zelandia, con 4.000 personas. "Nos mostramos más interesados en estos personajes en épocas en que como cultura nos sentimos sin poder, algo que una vasta parte de la población experimenta cuando enfrentamos crisis económicas".
Un miedo primigenio
Más allá de servir como una herramienta para expresar o considerar problemas sociales, hay razones sicológicas que explican nuestra fascinación con los zombies. La principal se relaciona con el temor humano más básico: el miedo a la muerte. "En estos personajes vemos el proceso de putrefacción frente a nuestros ojos. Son una manifestación perversa de cómo el deseo humano de la inmortalidad puede terminar muy mal", dijo a la cadena CNN la experta Andrea Wood, profesora de la Escuela de Literatura de Georgia Tech (EE.UU.) y quien enseña el curso Pesadillas apocalípticas de los Muertos Vivos.
Esta opinión es compartida por el sicólogo social Jeff Greenberg, profesor de la U. de Arizona (EE.UU.) y uno de los autores de la teoría del manejo del terror, que aborda el conflicto que surge entre el deseo de vivir y la conciencia de que la muerte es inevitable. Fenómenos como los fantasmas nos muestran la posibilidad de que alguna parte de nosotros puede sobrevivir más allá de la muerte. En el caso de los zombies, éstos niegan la finalidad de la muerte: funcionan luego de fallecer y, aunque no sea una post vida muy atractiva, nos hacen creer que tal vez hay otras formas mejores de lograrlo.
"Muchas de las formas más antiguas de expresión de nuestro miedo a la muerte involucran el temor a los muertos. Algunos teóricos plantean que la adoración a los ancestros se desarrolló no para rendirles tributo, sino que para apaciguar sus almas y evitar que nos hicieran cosas horribles", dice Greenberg a Tendencias. Incluso, agrega el experto, el relato épico Gilgamesh -que data de 1800 a.C. y es la historia escrita más antigua que se conoce- aborda la búsqueda de la inmortalidad y ya mencionaba a los zombies: "La diosa Ishtar amenaza con vengarse del protagonista liberando a los muertos para que devoren a los vivos".
En nuestra cabeza también opera un mecanismo de reconocimiento de patrones. A los dos años ya reconocemos escenarios y formas que nos resultan familiares… y reaccionamos automáticamente ante lo que no concuerda. Steven Schlozman, profesor de siquiatría de la U. de Harvard y autor de la novela de ficción Las autopsias zombie, dice a Tendencias que "cuando en una película de zombies vemos a alguien que se ve como la abuela del protagonista, pero en realidad ya no lo es, nos planteamos preguntas bastante existenciales como qué significa estar vivos y ser humanos".








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