Luis Oganes, jefe de Investigación para América Latina de JPMorgan: "Las empresas deberán aprender a vivir con un tipo de cambio más apreciado"

<P> El economista apunta que las firmas latinoamericanas deberán elevar sus niveles de productividad.</P>




El crecimiento en América Latina se sustenta no sólo en el auge de los commodities, sino también en la demanda interna, un cambio estructural en materia de expansión, según apunta Luis Oganes, jefe de Investigación para América Latina de JP Morgan.

La mayor demanda doméstica permite que la región mantenga un alto crecimiento y la coloca como un mercado menos riesgoso para las inversiones. De ahí el aumento en los flujos de capital hacia Latinoamérica, que se espera marquen un récord y superen los US$ 70.000 millones en 2010.

Sin embargo, ello también supondrá la apreciación de las monedas locales.

¿Se mantendrá el alto flujo de capitales en el futuro?

Este auge se mantendrá mientras los diferenciales de crecimiento sean tan fuertes. América Latina ofrece un mayor retorno, por lo que las inversiones deberían seguir llegando a la región. En materia de renta fija emergente, entraron US$ 52.000 millones en el año y tenemos una proyección de que la cifra pueda llegar a fines de 2010 a US$ 70.000 millones o US$ 75.000 millones.

¿Esto es lo que está presionando al tipo de cambio?

Chile se ha convertido en un ejemplo a seguir para asegurar que estas entradas de dólares no terminen generando la denominada "enfermedad holandesa" (excesiva apreciación de la moneda por el alza en el precio del principal producto exportador de un país). En la medida en que esas entradas de capitales sean bien manejadas, baja el riesgo de esas distorsiones en las economías locales.

¿Cómo evitar el daño a la competitividad de las firmas?

Lo que claramente deberá hacer América Latina al respecto es promover más productividad, porque el tema de apreciación cambiaria será un tema estructural para los siguientes años. Las empresas deberán aprender a vivir con un tipo de cambio más apreciado. Es un desafío para toda la región. Chile está dentro de los países que tienen esos desafíos de apreciación cambiaria, que están con una demanda doméstica fuerte y un crecimiento alto.

¿Cuánto durará el ciclo económico positivo en la región?

Una de las cosas que está diferenciando a América Latina de otras regiones emergentes es que el crecimiento está siendo liderado por demanda doméstica. Si uno compara América Latina con Asia emergente, Asia depende más de exportar para crecer que lo que depende la región latinoamericana. Eso es lo que hace que hoy tenga cierto "colchón" para que, frente a una desaceleración de la economía global, la región pueda seguir creciendo.

Los datos para toda la región nos han sorprendido en positivo, excediendo los pronósticos para este año. Esto seguramente podría durar hasta fin de año, pero América Latina no es una isla.

¿El cambio en la forma de crecimiento es estructural?

Sí, es un cambio estructural. La inflación está más baja, lo que promueve más consumo. Además, el tipo de cambio está más apreciado, por lo que hay más poder adquisitivo y el mayor crecimiento hace que haya más confianza e inversión.

¿Cuáles son los riesgos para América Latina?

Hay varios. Por el lado externo, el aumento de la dependencia en materia de commodities. Casi la mitad de las exportaciones en la región son materias primas. Ahí está la ligazón con China, el comercio se ha triplicado en algunos casos. La región debe estar muy atenta a China. Hoy, las autoridades de ese país intentan frenar una burbuja en el mercado inmobiliario y eso genera una desaceleración de la economía. Igualmente, en JPMorgan manejamos crecimientos altos para China (10% en 2010 y 8,8% en 2011). Cualquier crecimiento de China sobre 7% es positivo y sugiere que las exportaciones y los precios de los commodities no colapsarán, pero hay que admitir que existen riesgos.

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