Making a Murderer, la serie que cuestiona al sistema judicial de EE.UU.

<P> La serie documental "Making a Murderer", ha conquistado a la audiencia con la historia de Steven Avery, quien estuvo 18 años en la cárcel por un crimen del que fue absuelto y que tras ser liberado, fue condenado nuevamente por otro delito del que también dice ser inocente. </P>




A los 23 años el ciudadano estadounidense Steven Avery fue condenado a 35 años de cárcel por un brutal intento de violación en 1985. Pero Avery, quien tenía un par de antecedentes menores y una muy mala reputación en la comunidad de Manitowoc, Wisconsin, siempre se declaró inocente.

Luego de estar 18 años en la cárcel, nuevas pruebas de ADN lo absolvieron y quedó libre en 2003. Al salir de prisión fue recibido por familiares, la prensa, cámaras y desconocidos que le dieron la bienvenida. Al mismo tiempo, el mediático caso puso a la ciudad de 18.000 habitantes en el mapa estadounidense y a él como una suerte de "héroe" local y símbolo de una víctima de la justicia del país.

Avery, quien denunció por malas prácticas a la policía del condado, también exigió una compensación de US$ 36 millones por la privación de libertad que tuvo injustamente.

Durante el juicio que lo liberó, dos estudiantes de cine de la Universidad de Columbia, Laura Ricciardi y Moira Demos, leyeron sobre el caso en The New York Times y decidieron instalarse por unos meses en Wisconsin para documentar la historia de Avery.

Pero terminaron quedándose por 10 años y luego de 700 horas de entrevistas, juicios, interrogatorios policiales y conversaciones telefónicas, las cineastas crearon la serie documental de 10 capítulos "Making a Murderer", que el 18 de diciembre pasado se estrenó en Netflix, provocando un revuelo inmediato en Estados Unidos y también en otras partes del mundo.

Pero tras su liberación los problemas no terminaron. En 2005, Steven Avery fue culpado de asesinar a Theresa Halbach, una fotógrafa de 25 años, cuyos restos fueron encontrados calcinados cerca de su domicilio, en el vertedero de autos que pertenecía a su familia.

Avery nuevamente se declaró inocente y su defensa aseguró que miembros de la policía pusieron evidencia para culparlo.

Más allá del debate sobre si Steven Avery es inocente o no, la serie ha provocado que el público, en forma masiva y principalmente a través de las redes sociales, haya puesto en duda el sistema de justicia de Estados Unidos.

La primera condena de Avery muestra distintos vicios y malos comportamientos de la policía de Manitowoc para inculparlo: falta de pruebas, investigaciones inconclusas, corrupción y un ensañamiento interno por culparlo a toda costa.

Y las dudas sobre el sistema judicial de este pequeño condado sembraron la duda general: ¿Será un problema sistemático? ¿Tendrán otros estados este problema?

"Su descripción de presunta corrupción policial y el sesgo de la fiscalía local, inspiraron a algunos espectadores a bromear con que esperaban nunca ser detenidos en Manitowoc, Wisconsin. Pero lo que les sucedió a ellos, les sucede a criminales de bajo status en todo el país, todo el tiempo", aseguró Lisa Kern Griffin, una ex fiscal y académica en la escuela de Leyes de la Universidad de Duke, en una columna publicada por The New York Times.

A pesar de que Netflix, la plataforma donde se exhibe la serie, no entrega cifras de audiencia, la serie y sus protagonistas (sheriff, policías, abogados, jueces, fiscales, familiares y vecinos) se convirtieron en pequeñas celebridades locales y motivaron hashtags y trending topic de Twitter.

También se creó una iniciativa en Change.org llamada "Free Steven Avery" que tiene hasta la fecha más de 450.000 firmas y otra independiente en la página de peticiones de la Casa Blanca que tiene al menos 130.000.

El tema escaló a tal magnitud que la Casa Blanca tuvo que pronunciarse al respecto, para decir que no iba a indultar a Avery. Su renovada popularidad llevó incluso a Steven Avery a presentar otro recurso de apelación y a contratar nuevos abogados para su defensa.

La serie tampoco ha estado exenta de polémicas. Las dos autoras de la serie han recibido distintas críticas que dicen que su narrativa, desde un comienzo, siempre estuvo a favor de Avery. Y quienes sostienen que la condena fue correcta aseguran que la popular serie omitió evidencia clave contra Avery.

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