Malestar II
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Señor director:
Lo que se está viviendo en nuestro país no es más que un signo de la evolución alcanzada por la ciudadanía en general, fundamentada en la masividad de la información y de los medios tecnológicos que la sustentan.
Que el ciudadano común y corriente entienda y comprenda el medio que lo circunda, y quiera ser partícipe en el ordenamiento y la administración de la estructura social para asegurar el bien común y derechos fundamentales, nos lleva a cuestionar lo que ha sido, desde el comienzo de la República, el poder concentrado en la elite o en las castas formadas y entrelazadas entre la riqueza y las altas esferas políticas, que siempre han sido predominantes en la instalación de los sistemas económicos cuyas políticas han ido en beneficio de unos pocos.
Esto inevitablemente ha originado grandes desigualdades que se manifiestan en todos los ámbitos, especialmente en la educación, en donde se encasilla a los pocos que tienen mucho y a los muchos que tienen poco, provocando una cadena difícil de romper y una discriminación brutal.
Este despertar social, por un lado, clama participación y exige derechos inalienables para asegurar un mejor nivel de vida a sus futuras generaciones, y, por otro lado, el poder entrelazado, haciendo fuerzas para mantener el statu quo y sus grandes privilegios.
Agustín Würth C.
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