Manifiesto: Delfina Guzmán, actriz
Mis dos pies son el marxismo y el cristianismo. Soy mestiza ideológica, porque para mí esas son las dos grandes maravillas del mundo. Es de esos dos pilares que yo empiezo a comprender la vida. Cualquier problema que tenga o que haya tenido la Iglesia , hay que recordar que de repente, cuando el país está más convulsionado, aparece esa fe y esa entrega que emocionan, como, por ejemplo, la del padre Berríos. La crítica aquí es muy fácil, pero mi fe se mantiene intacta. Yo prefiero ver lo bueno.
Nunca me sentí más cómoda y feliz que cuando, viviendo en Concepción, me uní al Partido Comunista, en 1958. Tan vigente, con gente como si conociera toda mi vida. Con tanta facilidad de comunicación. Era feliz. Con la gente que estuve me abrió un mundo totalmente nuevo. Conocí los pueblos pequeños, las localidades, cómo paraban la olla, como pagaban sus cotizaciones, cómo se las arreglaban para repartir el pan, etc. Fue una etapa muy profunda y emocional. Cuando me vine a Santiago perdí todo eso. Siempre les decía a mis camaradas comunistas que el comunismo debería ser de a uno. Cuando hay mucha gente me distancio, me alejo. En cambio, la conversación frente a frente, mirándose a los ojos, me produce un placer enorme.
Allende ha sido el amor de mi vida. Soy allendista furiosa. Chicho era adorable. Conocí a la Tencha, éramos compañeras de la Escuela de Teatro de la Chile.
Una de mis principales tareas cuando estoy en la casa es recortar los textos que tengo que memorizar para el teatro y la televisión. Hago toda una edición nueva, porque así me los aprendo y los veo mejor. Los tiempos libres los dedico a la familia, tengo cuatro hijos y 12 nueras, 12 nietos y ocho bisnietos. Entonces, todos entran y salen de esta casa, algunos comen, otros juegan. Mi vida familiar es muy intensa y me encanta que sea así, pero cansa. Yo habito a mi familia. Si a eso le sumas grabar, hacer teatro y hacer un poco de vida social, te vas cansando.
Hay una obsesión de las mujeres de ser tomadas en cuenta, de tener un espacio preponderante, de tener flexibilidad para otras cosas, pero yo creo que el amor más importante es el de una madre con su hijo. Un amor que no tiene fin, ni principio, porque no se sabe cuándo empieza la vida humana. Eso he intentado traspasarlo a las nuevas generaciones. Yo pienso en mis hijos, en mis nietos y bisnietos, ¿qué sensación más poderosa tiene una mujer frente a la continuidad de la especie al lado de ser gerenta de una empresa cualquiera? No hay comparación. Cuando lo he dicho me han criticado. Me dicen que soy pituca, cosa que me encanta, porque no voy a negar a mis padres ni de dónde vengo. No tengo problemas con eso.
Muchas veces le dije a Michelle (Bachelet) "quédate allá, cabra (en Nueva York), qué vas a venir a hacer a Chile", a cada rato se lo decía. Pero no me hizo caso, porque ella es excepcional. Y aquí está.
Por ahí me enteré que se estaba evaluando dar recursos por más mujeres candidatas. ¿Qué es eso? Lo encontré medio prostituido. A lo mejor lo entendí mal, no sé. A lo mejor la mujer no quiere meterse en política. Después de todas las cagadas que han dejado los hombres, ¿tienen que venir las mujeres a arreglarles las cosas? No poh. Cuando veo en la televisión a los políticos -excepto algunos obvio que son mi gente que quiero y respeto- yo los miro nomás, no los oigo. Porque dicen tontera junta. Lucho Córdova, gran actor, decía: "Si los tontos fueran nubes, pasaría nublado". En Chile, más que inteligentes o buenos y malos, hay tontos.
Ese homenaje al hombre que fue todo lo del Mundial es lo que verdaderamente reafirma la sociedad machista en la que vivimos. El fútbol fue una campaña a favor del hombre, lo único que uno vio fue patadas para arriba y para abajo, violencia. Somos machistas, porque los españoles eran machistas. Pero, además, porque la cultura moderna y sobre todo lo que se dice que es cultura, como por ejemplo el fútbol, ha ayudado a fortalecer una sociedad machista. Tendrá cosas bonitas, las fotos, pero es bien raro el fútbol. Ese homenaje a los llantos de los futbolistas… Cuando hay gente sufriendo en todo el mundo, en Irak, Israel, Palestina. Y eso otro no despierta lágrimas. Pero sí que te hagan más goles o menos. No lo entiendo.
Soy amiga de Hernán Larraín. Pero también de Carlos Larraín. Carlos me puede hacer gozar una tarde entera con sus dichos, su lenguaje lo encuentro sencillamente maravilloso. Nos llevamos muy bien, porque Carlos habla igual que mi mamita. Yo respeto mucho el lenguaje y verlo a él hablando de una forma tan bonita, empleando términos tan bien, es sensacional. No me importa que piense distinto o que los comunistas son una mierda, él es fantástico.
El mejor galán de Chile, sin lugar a dudas, es Pancho Reyes. Yo, desgraciadamente, me lo perdí, por un tema de edad. Ya lo sabe su mujer. Me encanta. Lo adoro como hombre, como actor, como papá. A Tito Noguera lo conozco desde chico, y a Pancho lo conocí después. Son distintos, pero tienen la misma transparencia, nobleza, que es tan difícil encontrar. Cada vez que veo a uno de ellos me produce un placer enorme saber que son mis amigos.
¿Quién me gustaría que fuera Presidente? A mí me encanta Peñailillo. Lo encuentro atractivo, con esos dientes cortos y esa juventud que tiene. Esa fe que todo va a ir bien. Qué belleza de mirada tiene ese niño. Es muy joven, se ve con fuerza. Que pongan a mi hijo como candidato presidencial me produce una angustia que no se pueden imaginar. No saben lo que es para una mamá abrir el diario y que salgan puras críticas a su hijo. Yo le hago mandas a Santa Teresita para que les haga mal a los que pelan a mi hijo, a los que lo critican tan repetitivamente. La convicción de Nicolás es tan potente, que me emociona, aunque muchos puedan pensar que es fanatismo. Pedí que le pusieran un letrero afuera de la oficina que diga: "Tienes mamá. Aún vive".
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