Manifiesto: Elías Figueroa, ex futbolista




Fui un niño muy enfermizo y por eso, desde muy chico, desde los seis o siete años, mi sueño siempre fue ser médico. Quería ayudar, curar y sanar, tal como lo hicieron conmigo. No quería que hubiera más niños que lo pasaran mal como yo. A los dos años me hicieron una traqueotomía -todavía tengo la marcha en el cuello-, después tuve problemas de asma y de corazón, y a los 12 sufrí poliomielitis. El médico le dijo a mi madre que nunca iba a ser un niño normal. Nací en Valparaíso, pero por el clima mis padres decidieron cambiarse primero a Quilpué y después a Villa Alemana; les habían dicho que el clima era bueno en esa zona, porque cerca del mar a mí me venía el asma.

El ser humano es un ser sin límites. Hemos llegado hasta la Luna, cómo no vamos a alcanzar nuestros sueños, nuestros deseos. Yo hago charlas motivacionales, en las cuales creo analogías entre el fútbol y la vida. El lema de la exposición es "Yo puedo". Quiero transmitir que todas las adversidades se pueden superar, doy siempre el ejemplo de mis enfermedades. Ahí digo que hay que tener perseverancia en la vida para lograr los objetivos y, lo más importante, ponerle fe y pasión a las cosas. Trato de hacerle ver a la gente la importancia de ser positivo, del esfuerzo. Imagínate que hubiera hecho caso cuando me dijeron que no iba a ser un niño normal, que no iba a poder correr.

Admiro a mucha gente pero, en realidad, a nadie tanto como para considerarlo ídolo. Al mismo Pelé lo admiro, como jugador y persona, pero no es mi ídolo. A mi padre lo admiraba bastante porque me enseñó a ser muy correcto, a ser una buena persona en general. Una vez me retó porque llegué muy tarde a mi casa por andar jugando fútbol con mis amigos, ahí me dijo: "A la casa se llega antes de las 10. Si no me hace caso, no va a jugar nunca más fútbol". Era drástico, pero siempre me acompañó en todos mis logros.

Sigo creyendo que la técnica más efectiva para conquistar a una mujer es la sinceridad. Hay que ser cordial, atento, hacerla sentir importante es trascendental, les gusta eso. Soy de esos a la antigua, que le abren la puerta del auto. Cuando era futbolista las mujeres joteaban, pero yo me casé muy joven, a los 16 años -llevo 50 años casado-, y asumí toda la responsabilidad del matrimonio. A esa edad ya sentía que el fútbol me ayudaría a mantener a toda mi familia, por lo que sólo me dediqué a cuidarme físicamente. No me exponía.

Recibí algunas críticas muy injustas por una aparición en la campaña del Sí en 1988. Nadie se acuerda de que el 70, cuando vino la selección de Uruguay a jugar acá a beneficio de personas damnificadas, yo mismo le fui a entregar la recaudación a Salvador Allende. ¿Qué quiero decir con eso? Que siempre me ha preocupado mi gente, no tanto el que está arriba. Esté quien esté, el pueblo tiene que seguir trabajando. Mi padre era socialista, mi hermano era concejal socialista. Cuando era niño y Allende era candidato, bailé cueca con mi hermana al frente de él. No discrimino por color político. Por suerte, esas discusiones ya están en el pasado, hay que apuntar hacia el futuro.

En la educación hay que buscar siempre la calidad. Yo no sé si el hecho de comprar colegios va a continuar con la calidad de muchos establecimientos que la tienen. No vaya a ser que haya más colegios pero peor calidad... La educación chilena siempre se ha resaltado en Latinoamérica, es muy buena, pero obviamente hay algunas cosas que mejorar. Estoy de acuerdo con la gratuidad y poner fin al lucro, pero siempre que eso no afecte la calidad. Aquí es importante que las personas tengan derecho a decidir. Si yo quiero entrar a un colegio particular y poner a mi hijo ahí, tengo todo el derecho, eso no se puede pasar a llevar. La libertad de elegir no la podemos perder. Con esta reforma que ha planteado el gobierno se está perdiendo un poco, pero no me cabe ninguna duda de que la intención es la mejor y el objetivo es tener una mejor educación para los niños de Chile.

El tema del aborto amerita un debate muy claro y profundo, que escuche debidamente la opinión de las madres. No estoy de acuerdo con el aborto a secas, así como que quedaste embarazada y puedas hacerte un aborto altiro, eso no. Ahora, en el caso de peligro de muerte de la madre, estoy de acuerdo con que se haga. Ahí la justicia tendrá que ver.

Lo peor del fútbol son las derrotas y también lo expuesto que uno está. La derrota que más me dolió fue en la que quedamos eliminados para no ir al Mundial de Argentina 78, en Lima. Ese camarín lloró, estábamos muy tristes porque era una Copa del Mundo que se jugaba al lado y nunca más íbamos a tener esa cercanía; imagínate si jugábamos en Mendoza, iba a estar lleno de chilenos. Sentí mucha rabia.

Entre Sampaoli y Bielsa me quedo con el primero, porque finalmente a él sí le dio resultado el esquema de fútbol ofensivo. En Universidad de Chile obtuvo muchos títulos, la Copa Sudamericana, y eso hay que valorarlo. Pero a Bielsa hay que reconocerle que metió en la cabeza de todos que hay que ser trabajador y disciplinado, como lo hizo Fernando Riera en su momento.

Yo no sé si soy el mejor futbolista en la historia de Chile, pero esto se gana por lo que uno ha conseguido. Yo fui tres veces el mejor jugador de América, dos del mundo y el único chileno entre los 100 mejores de la historia de los mundiales. El que lo supere va a ser el mejor. Ojalá haya varios que lo superen. Honestamente, yo sería el más feliz si eso pasa.

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