¿Marca tu voto?
Señor director:
Muy acertada la columna de Daniel Mansuy publicada en La Tercera, el miércoles. El próximo domingo asistiremos a un proceso electoral en el cual la equívoca campaña “Marca AC” inicia un lamentable proceso de degradación del voto. Sus organizadores han evitado hacer claridad sobre los efectos del voto “objetado”, el primero a revisar en caso de reclamación.
En Chile, las elecciones se dirimen por unos cuantos miles de votos. La diferencia entre tener o no segunda vuelta, o en dirimir quiénes pasan a ella, puede fácilmente ser de unos 30 mil votos. El domingo los votos objetados podrían ser superiores a la diferencia de sufragios que defina la elección. Imaginemos el grado de incertidumbre ante reclamaciones y revisiones en las 346 comunas del país.
La democracia y el voto en Chile no son un regalo, sino una conquista que no merece ser manoseada.
El voto democrático, una de las pocas instancias que mayor igualdad y libertad asegura, es para elegir representantes, no para difundir intereses. Cuando los demócratas comienzan a justificar torcer la nariz a los mecanismos democráticos (aunque sea con buenas intenciones), lo que hacen es comenzar a corroer la democracia.
¿Podrían los organizadores de la campaña “AC” negar a otros grupos el supuesto “derecho” de marcar el voto? ¿Y si alguien llama a marcar para expulsar a los extranjeros, por la reposición de la pena de muerte, o por la baja del impuesto a las bencinas?
Yo soy partidario de una Asamblea Constituyente. Estoy dispuesto a marchar, firmar ante notario y publicar mi nombre como adherente, pero no estoy dispuesto a jugar con las elecciones, a ocupar resquicios ni a poner en riesgo mi voto.
Si alguien quiere la constituyente, lo serio es que vote por un candidato comprometido con este mecanismo y luego contemos los votos de esos candidatos. Lo otro es un abuso.
Luis Conejeros Saavedra
Periodista
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