Marcela Vacarezza: "Es importante que Viña del Mar tenga humoristas todos los días"
<P>La esposa de Rafael Araneda dice que la competencia al Festival ha sido más fuerte este año, que "no todo es rating" y que las críticas forman parte del certamen.</P>
El año pasado, cuando Rafael Araneda animó por primera vez el Festival de Viña del Mar, su esposa Marcela Vacarezza estaba trabajando como panelista en el programa SQP. Dormía en un hotel distinto a él y tenía una rutina aparte. "Casi ni nos vimos", recuerda la conductora, que este año solamente vino a acompañar a Araneda y se queda con él en el Hotel del Mar.
Va todas las noches a la Quinta Vergara, donde está hasta el final de cada jornada y se puede dar el lujo de seguir en pijama cuando son las 6 de la tarde. "He estado bastante regaloneada", resume riendo.
¿Cómo ha visto el trabajo de Rafael Araneda en este, su segundo Festival de Viña?
Creo que ha podido gozar un poco más: el año pasado partió con dos polémicas, que pasaron pero enturbian un poco. Ahora todo ha salido más fluido, así que ha estado más tranquilo.
¿Estaba el temor de que pudiera pasar algo así de nuevo?
Mentiría si digo que lo conversé con él, pero siempre hay temor, porque en el Festival pueden pasar ese tipo de cosas. Más que conversar o que me haga comentarios, lo veo que llega tranquilo, que termina cada noche de evento y se ríe. Está con una sensación de la tarea bien cumplida. Ha salido todo bastante bien.
Este año los animadores han tenido un perfil más bajo, sin tantas actividades anexas al certamen. ¿Le ha llamado la atención?
Creo que está súper bien que sea así, que las actividades sean antes y no en estos días, porque si no, no paran. Rafael tiene reunión todos los días a las dos de la tarde, y después queda bastante libre y es súper adecuado, porque ya es suficientemente agotador.
Pero también se han generado críticas en canales de la competencia, donde se dice que han perdido importancia y que los artistas no quieren hablar con ellos.
No me acuerdo Festival en que no se haya criticado a los animadores o al canal que organiza: es parte de esto. A uno le puede dar lata, porque hay críticas injustas, pero siempre ha sido así. Además, se dio justo que hubo dos que pusieran reglas distintas: Luis Miguel pidió un premio especial por contrato y después Morrissey, que cambió muchas cosas. Quizás ha habido menos figuración, pero tampoco es tan grave: nadie compra entradas para ir a ver los animadores.
En cuánto a los artistas, una diferencia ha sido que, sobre todo los primeros días, los más fuertes aparecieron cerrando la noche. ¿Cree que es una buena opción?
Sí, los platos fuertes tienen que ir al final. Se puede poner como ejemplo el primer día: la gente iba a ver a Luis Miguel y lo esperó. En cambio, no me imagino a Diego Torres sosteniendo el Festival después de Luis Miguel.
Pero eso generó, por ejemplo, el conflicto con Morrissey, que exigió cumplir su hora de salida.
Sería ideal que los tiempos de los contratos fueran siempre cumplidos y me parece bien que los artistas exijan respeto. Pero también es un festival y pasan cosas.
¿Le parece que que programarlos al cierre ha influido en que haya bajado el rating respecto de años anteriores?
Eso yo creo que directamente va porque ha habido más competencia. Mundos opuestos es un producto al que le va excelente y Viva Dichato sorprendió con el humor, y creo que de repente ahí puede haber un mea culpa: es importante tener humoristas todos los días.
¿Le parece que el asunto del rating va más por ese lado que por la programación de las jornadas?
Eso hay que pensarlo, porque Luis Miguel llega a 32 puntos a la una, y eso es excelente. Claro, podría marcar 50 a las 10 de la noche, pero, ¿es todo rating? Ayer tuvimos a Manuel García, que fue un momento súper bonito en la Quinta Vergara, aunque no marcó mucho en sintonía. A veces también es lindo tener cosas de calidad. Es una opción.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.