Mario Garrido Montt

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Señor director:
Quienes tuvimos el honor de conocer a Mario Garrido Montt, podemos afirmar que el país ha perdido un gran hombre de derecho. Primero como alumno y luego como colaborador suyo, pude conocer un ser humano de excepción. Su alma no tenía espacio para el rencor, la envidia o la vanidad. Había sólo lugar para el diálogo, el estudio y la armonía.
Con esfuerzo alcanzó los máximos honores que en el área judicial puede ostentar un abogado e hizo de la enseñanza un apostolado, dedicándole sus últimos años a su querida universidad. Varias instituciones han de honrar su memoria, pero la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile ha de manifestar su luto y dolor -con especial énfasis- por la partida de uno de sus más ilustres maestros y por quien desarrollaba labores como director del Departamento de Ciencias Penales.
Se ha ido un gentil y gran señor de las ciencias jurídicas, el cual fue un verdadero ejemplo para generaciones de estudiantes que a veces pierden su mirada en la soberbia y grandilocuencia barata de pequeños juristas. He aquí un digno ejemplo de vida a imitar: un verdadero hombre de derecho, el cual seguramente no sólo es llorado por su familia, sino también por millares de ex alumnos en los cuales sembró su amor por la paz, la tolerancia, la verdad y la justicia. Gracias maestro.
Ernesto Vásquez Barriga

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