Marisol Gálvez, la mujer de Mauricio Israel instala productora de eventos y cuenta que "no hay posibilidad de que él vuelva por ahora"




Es Mauricio Israel en versión niñita. Y Sara, la hija de dos años del comentarista deportivo tiene el mismo genio y se enoja cuando alguien que no conoce la saluda en este departamento con Budas, nubes de incienso, estampados hindúes y sillas con tapiz de cebra donde vive con sus tres hermanos y la mamá, Marisol Gálvez, la esposa del personaje televisivo que en diciembre se fue a Tel Aviv sin avisarle a nadie. "Esta es mi vida después del terremoto", cuenta la actriz que quedó sola, tuvo que dejar su casa con vista a un fundo y se vino a este departamento en Las Condes que sus amigos le ayudan a financiar.

Aparece con un vestido corto, sirve Coca Colas light, empanaditas, galletas, cafés y relata cómo se recuperó del shock y trabaja armando matrimonios estilo japonés, fiestas de 15 años a lo Michael Jackson o cumpleaños parisinos en una productora de eventos temáticos.

India en el living

"¡Esta es mi vuelta al circo! Yo debería haber sido un bufón", bromea Gálvez. "Las mujeres somos capaces de sacar adelante un ejército y este (la partida de Israel) fue un cachetazo súper grande, pero no ha sido el único que he vivido. Me rearmé y logré en mi familia, en los tremendos amigos que tengo, en mis niños, encontrar la energía para poder emprender nuevos caminos", dice. "Tengo la suerte de poder estar viviendo en este departamento y pensando en las necesidades económicas, porque tengo cuatro niños, de alguna forma te reinventas". Por eso revivió 100 Grados Celsius, empresa que creó el 2000 con dos francesas y que cerró tres años después.

"Hacemos eventos temáticos, una fiesta marroquí, una noche en la India, un aniversario de matrimonio japonés. Hemos puesto detalles como carpas beduinas en jardines, tapizamos de alfombras persas una playa. Nos encargamos de todo, desde la invitación hasta el regalo y la ropa de la gente que sirve. Hace unos días organizamos una fiesta de 15 años y la cumpleañera era muy ochentera, así que fue un tributo a Michael Jackson, con Michael en las invitaciones y mucho guante blanco. Es cumplir fantasías", detalla Gálvez de la iniciativa donde la acompaña su socia Sandra Pizarro, el chef Carlos Hostheter, diseñadores gráficos, fotógrafos y maquilladores.

Contactados por teléfono

A Israel no lo olvida. Cuenta que ella y su hija Sara hablan por teléfono a diario con él y confiesa que hoy "mi relación con Mauricio es bastante más civilizada. Va pasando por procesos donde vas madurando como persona". Afirma que sobre si se reencuentran o no "se va a encargar la vida. Yo a estas alturas no me atrevo a decir a nada que no, ya no me atrevo a decir 'esto a mí no me va a pasar'".

Y aunque cree que "no hay posibilidades de que Mauricio vuelva por ahora", dice que "después del procreso de rabia, viene el analizar por qué pasó cada cosa y te das cuenta que uno también comete errores. Y separando todo lo malo, existía una relación de amor, que ha sido la más importante de mi vida. No tengo ningún interés en borrarlo, porque es el papá de Sara, porque ella habla por teléfono con su papá, tiene una familia por el lado de él y, gracias a Dios, ahora los ve mucho". Luego suspira. Y ofrece otra galleta con mermelada.

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