Maule, Machalí y Alto Hospicio: las comunas que más crecieron en la última década

<P>Lampa, Quilicura y Colina son las que más aumentaron en la Región Metropolitana.</P>




Maule es la comuna del país que más creció, según el último Censo. De 16.784 habitantes en 2002, pasó a 38.329 en 2012, con una tasa de crecimiento de 8,19 personas por cada 100 habitantes en la última década, lo que supera ampliamente la cifra nacional de 0,99.

Dejó de ser una zona aledaña a Talca para convertirse en una conurbación, es decir, se fusionó habitacionalmente con la metrópoli. El problema: el aumento de población ha generado un déficit de servicios en seguridad, salud, educación y transporte.

El mismo fenómeno experimentan comunas como Lampa (6.79), Alto Hospicio (6,42) y Machalí (4,44), que muestran las tasas de crecimiento poblacional más altas del país y su fusión con la megaciudad: Gran Santiago, Iquique y Rancagua, respectivamente.

Es que más habitantes, no es sinónimo de mejor calidad de vida. Bien lo saben los vecinos de Quilicura, otra de las comunas que más ha crecido en el país (4,4).

Según el Indice de Calidad de Vida Urbana de la UC (2012), esta comuna alcanza sólo 43% de seis ítems evaluados, entre ellos conectividad, áreas verdes, etc. Lo mismo sucede con Alto Hospicio, cuyo índice fue de 33,5%. Vitacura, que encabeza la lista, llega a 74,5%.

Iván Concha (38) compró una casa hace nueve años en Quilicura y hoy reconoce que si pudiera se cambiaría. Cada vez se ven más casas nuevas y el tráfico es infernal. "No tengo auto, pero usar el Transantiago es fatal por los tacos y las pocas salidas que hay de la comuna. Y en invierno se inundan las calles".

Sin planificación

Alberto Gurovich, director del Departamento de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la U. de Chile, dice que tanto en Quilicura como Lampa, Alto Hospicio, Machalí y Colina el crecimiento obedece tanto a un patrón de apropiación inmoderada de espacios (concentración) como a la expansión de la comuna hacia la metrópoli central. Todo lo anterior se refleja en dificultades de accesibilidad que no aparecen resueltas, dice el experto de la U. de Chile.

Los problemas que evidencian estas comunas se deben a la falta de planificación urbana. "Ninguna zona ha crecido por intervención gubernamental, sino sólo porque el sector inmobiliario se ha concentrado en ellas", explica Camilo Arriagada, sociólogo de la Facultad de Arquitectura de la U. de Chile.

En el caso de Machalí, dice Arturo Orellana, coordinador del Núcleo de Estudios Urbanos de la PUC, por un tema de disponibilidad de suelo se han ido consolidando proyectos de altos ingresos con viviendas sociales. "Pero es un proceso de crecimiento desordenado con soluciones para ABC1, D y E, que puede desatar una serie de situaciones de convivencia, falta de espacios públicos, etc. Se realizan proyectos para sectores acomodados que no tienen interés en vincularse con la trama ciudadana de la comuna", dice.

Juan Carlos Abud (29) vive desde niño en Machalí y ha sido testigo del boom inmobiliario. "Se ha convertido en una ciudad dormitorio. En los horarios punta se genera un colapso y en un recorrido normal de 20 minutos, dura una hora o más. Faltan áreas verdes, hay muchas viviendas, no ha sido un desarrollo armonioso".

El caso de Alto Hospicio es más complejo. Partió en los 80 con tomas y casas sociales en la meseta alta de Iquique. Luego en los 90 se construyeron conjuntos habitacionales y se organizó una ciudad y en 2004 se convirtió en comuna. Pero desde entonces vive un proceso de metropolización, donde por un lado se fusionó con Iquique, y por otro se expande cada vez más hacia la periferia. Lo que problemas de acceso a servicios, seguridad y pobreza.

Políticas públicas

Orellana dice que el crecimiento de estas comunas se explica por una tendencia hacia la metropolitización de las ciudades capitales. Fenómeno impulsado por el crecimiento económico y la ampliación de posibilidades de crédito para la vivienda.

El experto de la UC dice que el problema es que si las ciudades crecen sin planificación, la posibilidad de corregir lo hecho tiene un costo que difícilmente el Estado puede asumir. "En la medida que el Estado adolece de políticas de desarrollo urbano, está generando una serie de conflictos de insatisfacción con la calidad de vida. De no mediar situaciones correctivas de política pública, probablemente vamos a asistir en los próximos años a una mayor dualidad en las ciudades", dice.

Algo que ya se ve en el Gran Santiago, donde se pueden encontrar la comuna con la mejor calidad de vida (Vitacura (75,4) y la peor (San Ramón, 29,8). "Todas estas cifras plantean la necesidad de una discusión nacional acerca del proyecto territorial de largo plazo, sustentable y con una mayor racionalidad social, lo cual significaría revisar las bases actualmente vigentes", dice Gurovich. "Si Chile aspira a ser un país desarrollado tiene que regular su crecimiento", remata Arriagada.

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