Maximiliano Parra: "La muerte de 81 presos ha marcado mi vida como cura"




Maximiliano Parra Núñez (50) es el capellán histórico de la cárcel de San Miguel. Este mes cumple 20 años de sacerdocio diocesano y en todo ese tiempo ha compartido con presos. Llegó al lugar de la tragedia pocos minutos después de que se conociera del incendio y hoy recuerda su experiencia de ese día, y su evaluación a un año de la tragedia.

¿Cree que podría ocurrir en San Miguel otro incendio como el de hace un año?

Por la situación que tenemos ahora, por lo menos en San Miguel, no (…) Se transformó esa torre en cárcel de mujeres. Ya le di la bienvenida a las primeras 196 mujeres, que el miércoles llegaron a la Torre 5, la del incendio. Además se sacaron todos los cilindros de gas, las cocinillas, toda la alimentación cambió. Por ejemplo, ningún interno a partir de ese incendio se empezó a cocinar en su propio lugar, si no que hubo en la tarde un rancho especial, sandwich, jugo, fruta. Ha sido un cambio para mejor.

¿Qué importancia tuvo para usted lo ocurrido ese día?

Yo tengo 20 años de cura y como capellán llevo 20 años allí. Y, si me preguntas qué me ha marcado como sacerdote, bueno, la muerte de 81 presos ha marcado mi vida como cura. Nunca había visto tanta gente muerta en un lugar. Yo llegué a los minutos después. Hice las oraciones cuando una persona se muere y después llegó el arzobispo de entonces, Francisco Javier Errázuriz.

¿Y en qué sentido lo marcó?

A uno le ayuda a trabajar en el sentido de entender que la presencia de Dios en esos lugares es mucho más importante de lo que cualquier persona pueda imaginar. Son personas que necesitan mucho más.

¿Cómo ha sido el trabajo con las familias de los internos que murieron?

Ha sido un trabajo del dolor, por todo el dolor que significa la pérdida de un ser querido. Hemos contado con algunos profesionales que nos han ayudado.

Se ha anunciado la construcción de nuevos penales, ¿le parece que eso contribuye a mejorar el problema penitenciario?

Eso se tiene que hacer. Hay otros penales que están hacinados, entonces se necesitan más (…) Pero ojalá que los penales que se hagan estén pensados para que a la persona se la forme para un trabajo concreto. Así ganaríamos con personas que, al salir, ya tendrían algo que hacer. Es toda una rehabilitación desde cero (…) Pero para eso hay que buscar más empresarios que se atrevan a creer en los presos, por ese lado buscaría yo.

¿Cuál es a su juicio el principal tema pendientes en el sistema carcelario?

Todo lo que es el trabajo de indulto, porque hay presos con enfermedades terminales. ¿Por qué el gobierno no hace caridad y les da indulto a todos los que tienen enfermedades terminales? Eso está pendiente.

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