Mi manifiesto: Andrea Molina, diputada UDI
Recuerdo haber compartido mucho con mis papás. Nos gustaba ir a la playa, a Los Vilos. Eran épocas largas de veraneo. Mi papá era profesor de artes plásticas. Creo que la única onda de ser profesor, fuera de educar y ayudar a tantos niños, eran las vacaciones.
Asocio mi infancia a varios barrios. Estudié en Av. Matta, en el colegio Santa Margarita María. Estuve viviendo por Macul, con mis abuelitos. Viví en La Reina, cuando mi padre construyó su casa cerca de Larraín. La construyó con esfuerzo, en las horas extras después que salía de ser profesor. Esa casa para nosotros fue un triunfo enorme.
Vivimos fuera también. En Australia. Partimos el 71. Estuvimos hasta el 74 o 75. Allá mis padres trabajaban intensamente. Mi papá no pudo desarrollarse como profesor, porque no manejaba el inglés. Mi papá se fue de aventurero no más. Como Chile estaba tan revuelto, él tenía ganas de viajar, de conocer. Yo tenía un año.
Somos dos hermanos. Mi hermano menor ya venía en el avión de vuelta a Chile. Mi madre no sabía que estaba embarazada.
Siempre quise ser sicóloga o periodista o abogada. Empecé a trabajar a los 14 años, en eventos, promociones, vendía ropa. Quería ayudar. Vi a mis padres que se sacaban tanto la mugre por sacarnos adelante, que uno empieza a querer aportar.
Me gustan muchos los animales. Ahora me quedan dos caballos árabes, El Zeus y la Indra. Tenía mi vaca que era la Sofía Loren. Me gusta mucho andar a caballo y me he pegado varias caídas bien fuertes. Lo que pasa es que me gusta correr a caballo. Con montura chilena, por supuesto. Si yo soy chilena.
Por mi abuelito materno, a mí me gustó siempre Colo Colo. El era colocolino y veíamos partidos juntos. Era mi partner, salíamos para todos lados. "Ya, ojos verdes", me decía. O "mis ojos de arveja". El tenía unos ojos gigantes, calipso.
Yo me gradué del Liceo 7 de Niñas. Mis papás estaban desesperados, porque yo ya trabajaba mucho y ellos querían que yo estudiara algo. Di la PAA, no me fue tan bien. Mis papás no tenían recursos para meterme en una universidad privada. Y yo dije: "¿Saben qué más? Voy a estudiar inglés mientras me preparo de nuevo". Pero mi papá fue y me inscribió no en un curso, sino que en una carrera de secretariado.
Las secretarias son fundamentales en cualquier empresa. Muchas veces llevan la oficina. Pero no era lo que me gustaba. A mí no me gusta estar quieta, sentada. Lógicamente, era muy difícil que yo estuviera encerrada en una oficina, detrás de un escritorio.
Voté "No" en el plebiscito del 88.
Me gusta ser, parecer y verme como mujer. Les enseño eso a mis hijas, sobre todo en estos tiempos en que las personas andan vestidas tan raras que tú no sabes si son hombres o mujeres. No tengo nada en contra de nadie, pero a mí me gusta que mis hijas se vistan como mujeres, huelan como mujeres, caminen como mujeres. Me refiero a que tú desde kilómetros de distancia te das cuenta que son mujeres. ¿Por qué no? Si ser mujer es maravilloso.
Durante años, Pablo Longueira siempre me llamó. Y siempre le dije que no, que estaba bien donde estaba, que me gustaba el trabajo que hacía. Era una decisión difícil decir "me voy a meter a la política". Una vez le dije bromeando a Pablo: "Mira, cuando tengas un cupo para diputada, llámame". Después de ocho años me llama y me dice que hay un cupo. Yo había salido de la televisión y estaba trabajando en aromaterapia. Entonces dije "¿por qué no?".
Yo me siento más representativa de la UDI popular, la UDI de la calle, la UDI inclusiva, la UDI que da oportunidades. Eso me gustó. Además del hecho de que me permitieran decir lo que pienso. Piensa que yo no represento, en estricto rigor, las bases más duras de la UDI. Soy casada y separada dos veces, tengo hijos de diferentes maridos, vengo de los medios de comunicación.
Michelle Bachelet es tremendamente carismática. Representó un momento en nuestro país donde nunca habíamos tenido una mujer como presidenta y para todas las mujeres fue un orgullo. También fue decirle a un país machista por primera vez: "Oye, mira, una mujer va a gobernar". Pero, lamentablemente, las cifras que tuvo su gobierno no fueron iguales al carisma que ella tiene.
Creo que Evelyn Matthei le puede ganar a Michelle Bachelet. Representa a una mujer de estos tiempos, con fuerza, que sabe de economía. Que sabe lo que significa un presupuesto de la nación y que ese es su expertise. Una mujer sensible, también madre. Que seguramente ha pasado momentos duros, como todos. Creo que es bueno que llegue gente que no ha estado gobernando nuestro país.
¿El dolor más grande de mi vida? Ese me lo voy a reservar.
Yo he tenido mucha exposición durante años y se han dicho muchas cosas. Me han involucrado con Laurence Golborne… La verdad es que me da lo mismo. Yo sé que hoy es un tema político. ¿A quién le conviene decir eso? Al que tiene miedo del trabajo que estoy haciendo no más.
Para mí, las personas homosexuales deben tener derechos de estar juntos, de tener sus bienes, de recibir el patrimonio que han construido juntos con la otra persona. Pero me complica el tema de la adopción.
No he ido a ver a Pablo Longueira. La bajada de su candidatura fue súper inesperada. Fue algo que nunca pensé que iba a suceder.
Agradezco si la gente me dice que soy la más bonita del Congreso. Si me lo dicen, bienvenido sea. Eso levanta el ánimo. Pero uno también sabe que eso queda en el piropo y lo importante es la pega que uno hace. S
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