Mi Manifiesto: Iván Moreira, diputado UDI
Fui a ver la película No en forma privada. Mi crítica no fue algo personal o hacia lo artístico, sino que encuentro que representa un solo sector de lo que pasó. ¿Qué pienso de que la película del No haya sido seleccionada para competir en los Oscar?... Nada.
Mi primer recuerdo de infancia es de una vida dura. Mi vida la marcó el rigor, la falta de poder encontrar puertas que se abrieran para estudiar, por ejemplo. Muchos no conocen mi historia, otros tratan de ridiculizarme con cosas que hice.
Nací en Santiago, me fui a Arica por tres años y después a Punta Arenas. Siempre fui de extremos. Crecí en una población sencilla en Punta Arenas, la Fitz Roy. A los 16 años, después del colegio, me iba a trabajar de cobrador de micro para ganarme unos pesos. Y era el único secundario que trabajaba para el gobierno, era el que recibía a Jaime Guzmán.
Algunos dicen que en Punta Arenas yo era animador, bailaba dentro de una jaula o portero de una boite… La verdad es que fui locutor de radio en un programa que iba desde las 9 a las 12 de la noche, que yo presentaba así: "Buenas noches, buena música para los que están solos o se sienten solos". Después me iba al Restoranti Parrilla Show Costa Nostra y presentaba a un artista estelar que venía de Santiago, como Buddy Richard o Sonora Palacios.
Me habría encantado estudiar Periodismo o Leyes. Pero mi sueño sería ser lector de noticias. Veo noticias todo el rato que tengo libre, en CNN o el 24H. Me habría gustado ser una suerte de Amaro Gómez Pablos, pero sin el acento.
Mi papá era desordenado. Le tengo aversión a los casinos, porque el juego mata, descontrola, te puede hacer perder una familia, como le pasó a mi papá. Se fue cuando yo tenía seis años y vivíamos en Arica. Después lo visité algunas veces.
Mi mamá era funcionaria de Impuestos Internos y nos ayudó y educó. Con problemas, pero lo hizo.
Fui porro, repetí varias veces. Pero no era sólo porro, es que a los 16 años era presidente de la Juventud Estudiantil del Partido Nacional en Punta Arenas, así es que por inasistencia quedé repitiendo. Cuando quise estudiar, no pude hacerlo. Y como a los 24 estudié Ingeniería en Ejecución de Negocios en el Manpower, pero alcancé a estar un año, pues tuve que volver a Punta Arenas.
Nadie me ha regalado nada, soy hijo del rigor.
Si me quedo sin nada, yo soy capaz de agarrar la pala y la picota, porque tengo fuerza y mi universidad ha sido la vida. No creo en un Senado de académicos, lo importante es votar bien.
Lo que se me ha presentado hoy (oportunidad de ser candidato a senador por Santiago Oriente) es un premio a un Moreira 2.0, que el único que me dio la oportunidad fue Dios. Yo sabía que mi carrera en la UDI no iba a llegar más que a diputado, porque no me daban las oportunidades. El derecho a las primarias me las dio una ley que la UDI votó, así es que no puede dar marcha atrás. Voy a ganar esta elección primaria a la señora Ena von Baer y a Ossandón. Las estrellas, la gente y la prensa están conmigo.
Mi eslogan va a ser: "Grande Moreira", porque soy grande en todo: generosidad y corazón. Así me puso la gente hace 20 años cuando caminaba en la calle. La verdad es que las opciones eran dos: grande Moreira o ándate a la… Y dejé la primera.
Me he casado y separado tres veces. Nunca he durado más de cuatro años casado. Hoy estoy muy bien acompañado. Isabel, mi pareja, es la mujer que más me ha llenado en mi vida, la con más paciencia. Tiene una historia de vida muy difícil, tiene cuatro hijos y el de cuatro años tiene síndrome de Down. Me he sensibilizado mucho con el tema.
Como puro pasto. Cuando pesaba 120 kilos (hoy peso 90), mi plato favorito era el pernil con papas fritas y dos huevos fritos. Ahora mi plato preferido es una buena ensalada, bien aliñada y pollo a la plancha. Tomo café y Coca Cola light todo el día, para que no me dé hambre.
Soy vanidoso, trato de cuidarme. Mi mamá siempre me dice que las personas distinguidas demuestran la limpieza con los zapatos lustrados y el pelo lavado.
Tengo dos hijos. El mayor tiene 21 años, su gran lucha son los kilos y se acaba de hacer una manga gástrica. Le gusta la política y me apoya. Mi hija, que tiene 19, detesta la política. Ella es medio hippie.
Fui muy homofóbico, ahora conozco gente gay y los respeto. Para poder crecer, hay que ponerse en el lugar del otro.
La última vez que estuve con el general Pinochet fue dos horas antes que muriera. Conversamos un rato. El estaba leyendo el diario, sentado en un sofá. Hasta conversador. Estaba leyendo el cuerpo de reportajes donde un senador RN decía que si el general se muriera él no asistiría a sus funerales. Pinochet me dijo: "Si yo a este señor no lo pensaba invitar". El siempre decía que le iban a echar la culpa de todo.
Soy cristiano más que católico, si trato de buscar el principio de todo me puedo volver loco. Creo que para vivir mejor hay que tener fe, por eso creo en Dios.
Es conocido que tengo una amistad cívica con la ex Presidenta Bachelet y tengo un contacto permanente con ella. Yo le tengo mucho cariño y respeto. La última vez que hablé con ella fue hace un mes y medio. La saludo cuando corresponde.
No me arrepiento de haberme agarrado a puñetes con (Jorge) Schaulsohn, porque me felicitó todo el mundo. Eso fue hace 15 años y la mitad de los chilenos me felicitó.S
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