Mi manifiesto: Martita Larraechea
Soy hija de padres viejos. Mi padre enviudó en 1939, para el terremoto de Chillán. Perdió dos hijas, un nieto y su señora. Sobrevivieron cuatro hijos. Después se casó con mi mamá y somos dos hermanas que vivimos juntas. Cuando se murió, mi mamá nos trajo al día siguiente a Santiago, allí supe que no le gustaba vivir en provincia.
Mi papá era representante de las bombas Copec en Curicó. Vivíamos de eso y de los repuestos de los autos, o sea de los autos que se echaban a perder. Era un fanático de los autos, creó el Automóvil Club de Chile. Siempre nos metió el tema de las carreras. Tengo desarrollado el oído y puedo reconocer el ruido de un auto cuando no anda bien.
Me gustan los autos buenos, los Mercedes -ahora que soy abuela ando en van con GPS porque siempre me pierdo-. Me gusta manejar, aunque en Santiago no. A la playa siempre me voy manejando, escuchando Marco Antonio Solís y música ranchera.
Yo fui muy floja en el colegio, lo pasaba chancho, pero me cargaba estudiar. Como mi papá era viejo, le importaba un comino el colegio. Mi mamá, en cambio, me decía que aunque tuviera 21 años me iba a poner uniforme y bolsón e iba a terminar.
Lo que dijo Wikileaks, que soy incontinente y filuda, es la pura verdad. No me gusta que hayan dicho metiche no más. Pero soy directa, y no tengo por qué andar filtrando. No me arrepiento de nada que haya dicho. Yo tiro para afuera y no quedo con nada guardado, me sano, de pronto la gente queda sentida y no sé por qué.
Mi mamá me dijo Martita toda la vida, cuando me dicen Marta creo que me están retando.
Para lo que soy buena es para leer. Ahora estoy leyendo El Jardín Olvidado. Mi mamá me compraba revistas para inculcarme la lectura, hasta que me metió los libros de la Corín Tellado y ahí me agarró. Me leí Golondrina de Invierno y no paré de leer.
El mayor cambio que he enfrentado en mi vida fue cuando me vine a vivir a Santiago. Yo era muy regalona y se murió mi papá, empecé a trabajar y me hizo súper fuerte.
Desde el 16 de enero de 2010 me siento relajada. Creo que los ciclos se terminan y listo, a otra cosa mariposa. No estaría de acuerdo con otra candidatura de mi marido, con la anterior tampoco estuve, pero él tiene el servicio público metido en los huesos y creía que era la persona. Nos hemos acompañado 45 años, así que dije, echémosle, pero no estar allí da una tremenda libertad: viajo, leo el diario con relajo, sin sentir que es culpa de nosotros lo que pasa y eso es un alivio gigantesco.
Encuentro atroz la baja aprobación del gobierno. Es malo para el país, uno quiere que al país le vaya bien, que la gente salga adelante, tenga trabajo, tenga buena educación, y con un gobierno tan débil es difícil.
No cocino nada. Si Eduardo y yo nos quedamos solos, nos morimos de hambre.
No soy buena dueña de casa. Soy buena administradora. Belisario (mayordomo) lleva 30 años, Eduardo Castillo (chofer), 20, la Margarita (asesora doméstica) lleva 25 años y es súper organizada, ve lo que hay, qué se va a cocinar, hace las compras. Mi tarea es administrar y financiar esto.
A Eduardo lo conocí en la casa de unos tíos comunes, en una comida. Yo no creía en el amor a primera vista y así fue, pololeamos dos años y llevamos 45 años casados.
Estudié canto con la Alicia Puccio, después con el cantante joven de Los Quincheros. Me reclutaron para canto lírico. Lo pasé tan bien, que atravesaba todo Santiago para ir a cantar. Cantaba La Boheme. Dejé de cantar cuando perdí una guagua y de alguna manera le eché la culpa al canto.
Hago pilates dos veces a la semana. Por dos razones: porque no me quiero achicar y porque me siento regio, me encanta. Lo hago hace muchos años, pero paré dos años, porque soy asmática y me ahogaba, pero ahora estoy perfecto.
Eduardo es lo más ordenado que hay. A mí se me pierde todo. La Margarita me ordena todas las semanas los cajones. Tengo que andar en cuatro patas buscando las cosas.
Soy Presidenta del Instituto del Envejecimiento. Somos un think tank para buscar ideas para que los adultos mayores vivan mejor. Ese es mi tema. Algo que me enorgullece es haber participado en la ley que creó el Senama. Antes ningún programa incluía a los viejos, ahora es un tema país.
Me gusta ir al cine, a Eduardo no lo pillo nunca, porque pasa ocupado. Voy con mis amigas en los horarios más increíbles. Arriendo y compro películas, y series. Tengo Mad Men, las Mujeres desesperadas, CSI, Big Love, Sex and the City, Brothers and Sisters.
Siempre saco puzzles, palabras cruzadas, porque mantiene la cabeza buena. Estoy suscrita a una revista española que me llega todas las semanas y lo hago en todas partes. En la casa, en los viajes, en el auto, en los aviones.
Me fascina viajar. Una vez una bruja me dijo que iba a viajar mucho y no le creí. Me gusta estar con mi familia, que las niñitas entren y salgan de la casa. Me gusta la vida achoclonada.
Los nietos pasan por acá todos los días. El chofer nuestro los va a buscar al colegio, así que siempre vienen para acá. Mi nieta mayor es mi yunta, tiene 16 años, el año pasado fuimos juntas a Nueva York. Los llevo al doctor cuando las mamás no pueden.
Siempre me veo el tarot. Tengo varios tarotistas. Estuve con Aiyun, Jaime Hales, voy a datos de amigas. Me ha ido bien con las orientaciones. El programa de los psíquicos me da lata, se equivocan tanto que uno empieza a perder la fe.
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