Mi manifiesto: Rodrigo Jordán




Me gusta la música. A mí me da con ciertos intérpretes por un período. Por ejemplo, Bob Dylan. No sólo escucho su música: he leído sus libros, su biografía.

Tuve clases de flauta traversa un par de años, pero lo dejé.

Nací en Santiago, a los pies del San Cristóbal, en Pedro Valdivia Norte. El cerro era el jardín detrás de la casa. Ahí aprendí a jugar. Eramos una buena patota con los vecinos.

En el colegio era un buen alumno, pero tenía mala conducta. Era revoltoso, no me quedaba callado. No me gustaba estudiar. Al final del colegio me gustaron las ciencias, las matemáticas, la química, la física.

Estudié Ingeniería. Me gustaba mucho mi carrera, pero empecé con el montañismo oficialmente. Conocí a Claudio Lucero y comencé con los cursos de montañismo. Empezó la carrera de ingeniero y la de deportivo. Conocí en la universidad a quienes fueron mis mentores en ambos lados.

Me gané una beca el 86 para irme a Oxford. Pero nos fuimos a la expedición en el Everest y tuve que rechazar la beca. Fui al Consejo Británico a decir que me había salido esto y si existía la opción de postergarla para el año siguiente. Me dijeron que no. Cuando supieron que la razón eran el Everest y una experiencia de formación humana extraordinaria, sí me la guardaron.

Esa primera expedición es de las más dura que he tenido, porque en ella falleció Víctor Hugo Trujillo. De ese grupo que fuimos, la mitad dejó el montañismo. Es entendible: el deporte es para pasarlo bien, no para perder un amigo.

Al principio uno escala y es apasionado y es joven y quiere llegar a la cumbre, conquistar, lograr, esas son las palabras que uno usa. Hoy yo escalo porque a través de la montaña puedo proveer experiencias a las personas que escalan contigo. Lo veo mucho más como un servicio.

Hace 20 años descendimos el Everest y creamos la fundación Vertical, en ese tiempo se llamaba Maitenes, para darle la oportunidad a los niños y escuelas que no tenían actividades al aire libre en La Pintana, en Puente Alto. Los llevábamos a la cordillera. El objetivo era desarrollar el trabajo en equipo, el liderazgo. Te vinculas con la pobreza gracias al montañismo.

No cocino. Lo hago sólo en los cerros: soy experto en hacer tallarines.

Mi sueño es llegar a la Luna. Me hubiera encantado ser astronauta. En mi casa tengo 20 libros del espacio y documentales. Conocí a Armstrong, me invitaron a una comida con él y le pedí que me firmara mi libro. Los astronautas dicen que van a la Luna, pero descubren la Tierra. Y en todos los viajes pasa eso. Vas a subir el Everest, pero te encuentras contigo y valoras tu casa. A través del viaje remoto, descubres de nuevo tu lugar.

Soy director de Educación 2020 y estamos conscientes de que no estamos cumpliendo como país de tener una educación de calidad. El tema no es si la educación es gratuita o no. Puede ser una dimensión de la discusión, pero lo que importa es la educación de calidad.

Me parece extraordinaria la capacidad de liderazgo de Camila Vallejo. Lo más que me impresiona es su desarrollo tan rápido. Cuando ella comenzó el año pasado era mucho menos articulada, mucho menos ordenada en la forma de expresar. Era más bien una líder impulsiva. La ultima conversación que tuvo en Tolerancia Cero me pareció muy bien, mucho mejor que la vez anterior.

Me he visto obligado a pensarlo (entrar en política) porque me han propuesto puestos en el gobierno. Me ofrecieron en Deportes y Mideplan en distintos gobiernos. He escuchado muchas veces que al presidente no se le puede decir que no. Yo no estoy de acuerdo con eso, porque si vas a asumir como ministro, vas a llevar una tarea de impulso, de cambio. Si estamos de acuerdo, vamos para adelante, pero si no llegas a un acuerdo, no.

El matrimonio entre homosexuales y la adopción me parecen perfectamente legítimos.

Tengo la obsesión de comprar libros. Debo tener 4.000 en mi casa. Dejando las novelas al lado, me gustan las biografías, ensayos, ciencia, política. Tengo más libros de los que soy capaz de leer. En las expediciones se enojan conmigo porque llevo como 20 libros.

Steve Jobs es un gallo que yo sigo, siempre fui Apple. En mi casa está el Apple 2E, de los 70. Tengo 10 libros dedicados a Jobs.

La experiencia de trabajar en Canal 13 (como director ejecutivo) fue muy dura. No voy a ocultar eso. Pero en la perspectiva del tiempo, fue muy buena, en términos del aprendizaje, del crecimiento como persona. La experiencia mía en el Canal 13 es de fracaso, no hice lo que tenía que hacer. Aprendí que los fracasos no son permanentes. Me ha servido mucho para cuando uno tiene éxito, tomárselo con un grado de humildad.

Salgo del canal en el 2000 y el 2004 asumo la presidencia de la Fundación para la Superación de la Pobreza. Los procesos son muchos más conversados, tú ya no eres dueño de la verdad, vas madurando, eres mayor de edad, no eres dueño de todo, eres más humilde.

No veo nada de televisión chilena, porque no la encuentro ni entretenida ni divertida ni me aporta nada. Veo cable.

Creo en el sistema evolutivo y que hay algo superior, algo espiritual. Creo que es espiritualidad; pero así como creer en Dios con barba blanca, no.

Tengo 53 años y envejecer no me da miedo para nada. Pasa algo increíble: siempre les he contado a mis amigos que Jack Costeau se consiguió el Calipso a los 50 años, lo arreglaron y entró a los mares del mundo. A los 50 me queda otra vida laboral completa.

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