Ministra de Desarrollo Social: "La Casen 2013 mostrará un Chile con más vulnerabilidades"

<P>La ministra María Fernanda Villegas prevé que la encuesta arrojará un país con más carencias de las que se cree. Dice que los datos no deben usarse para la "trinchera política" y que su compromiso también es recuperar la confianza en las estadísticas oficiales.</P>




EN diciembre próximo, el gobierno dará a conocer la Encuesta Casen 2013 y por encima de los datos de pobreza e ingresos que arrojará la muestra, la recuperación de la confianza en las estadísticas oficiales será la otra arista que concentrará la atención de la administración Bachelet.

Para la ministra de Desarrollo Social (MDS), María Fernanda Villegas, la tarea está en superar con éxito los tests de transparencia y buenas prácticas internacionales para evitar una polémica, como la que envolvió a la Casen 2011 y gatilló la postergación de la muestra en 2012.

El proceso ha sido arduo, dice la ministra, pues en esta versión, junto con la medición tradicional, se hará la primera actualización de las líneas de pobreza e indigencia después de 17 años y se sumaron dos nuevas líneas: una, recoge la actualización de las líneas de pobreza que la Cepal hizo en el resto de América Latina en 2010 y que en Chile no se aplicó por decisión del gobierno anterior. La otra, incorpora un enfoque multidimensional para medir las carencias en los hogares.

En abril pasado, se constituyó la mesa técnica interinstitucional integrada por profesionales del ministerio, INE y Cepal para monitorear el trabajo de campo que hizo el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile y cautelar las buenas prácticas en el cruce de datos. En agosto, Microdatos entregó la validación de los datos recogidos en octubre-noviembre 2013 y noviembre 2013-enero 2014.

Hoy, la mesa técnica trabaja en la línea de pobreza tradicional, proceso que consta de dos aristas: actualizar la línea de ingresos y la canasta básica familiar a partir de la VII Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) de 2011-2012. Hasta la Casen 2011, la línea de pobreza se ajustaba por inflación y su canasta tenía de referente la EPF de 1987.

"El gran desafío ministerial con la Casen 2013 y otros instrumentos es restituir la confianza en los instrumentos de medición de pobreza, de caracterización social y también de asignación de recursos. Esto va más allá de este ministerio; tiene que ver también con los esfuerzos del Estado por avanzar rápido y con seriedad en el fortalecimiento institucional en materia de tener un sistema nacional de estadísticas. Estamos trabajando bien encaminados y con responsabilidad para evitar repetir episodios de polémica como los de años atrás", afirma Villegas.

¿Será fácil recuperar la confianza en las estadísticas oficiales después de los casos Casen y Censo?

La mesa técnica para la Casen está en el MDS, pero también la integran expertos del INE y la Cepal. La decisión de incorporar tempranamente al INE se tomó entendiendo que detrás de esto estamos en un esfuerzo de fortalecer las estadísticas nacionales y que el gobierno está trabajando en un proyecto normativo para la creación de un sistema de estadísticas autónomo, liderado por el INE y al cual la Presidenta Bachelet entregó su apoyo en su discurso del 21 de mayo. Tenemos la convicción de que esa debe ser la institucionalidad que mida pobreza y si el INE ingresó desde el inicio es porque es un actor clave. La Casen es la encuesta socioeconómica más importante que tenemos y desde ella se define y orienta toda la arquitectura de beneficios y programas sociales del Estado. No queremos nunca más las polémicas de hace unos años.

¿Cómo ha sido el trabajo con Cepal? ¿Cuál es su labor específica?

Ellos ya están trabajando con los datos para la actualización de las líneas, con las distintas muestras que se han enviado en etapas previas en el marco de la mesa técnica. La mesa va analizando las propuestas de actualización, se van trabajando las metodologías actualizadas y a medida que surgen dudas o cambios, se han ido acogiendo las correcciones y recomendaciones del panel de expertos. Pero me interesa dejar bien en claro que lo que vamos a entregar a fines de año corresponde a un proceso de transición en las estadísticas sociales de Chile, el que verá la luz cuando tengamos un sistema nacional de estadísticas autónomo. Esto representa un paso, un avance, pero el objetivo final es tener una institucionalidad de las estadísticas autónoma y de estándar mundial y que ahí radique la medición de la pobreza.

Varias dimensiones

La Comisión para la Medición de la Pobreza recomendó incluir en la Casen cinco dimensiones sociales para medir 14 indicadores de carencia. ¿Se acogió esa idea?

Para trabajar el enfoque multidimensional, tenemos la asistencia de la Universidad de Oxford, que ha liderado las mediciones estadísticas nacionales con un enfoque multidimensional a nivel mundial.

Valoramos y tomamos como base para dicho trabajo el informe que la comisión entregó en enero pasado, estamos trabajando los elementos que ahí están y que son factibles de implementar, acordes con el proceso general en esta Casen. En paralelo, el panel de expertos nos está apoyando y haciendo la validación del proceso, revisando todo lo que la mesa técnica interinstitucional va proponiendo y el conjunto de todo aquello es lo que guiará el enfoque multidimensional y los otros cambios que contempla la Casen.

¿Y la sugerencia es medir las cinco dimensiones propuestas?

En esta semana, los equipos están analizando ese tema. No me puedo adelantar o pronunciar sobre lo que el equipo técnico está revisando y menos lo que planteará, porque no voy a influir sobre lo que deben proponer. Pero hay tres cosas claras: una, que estamos usando como instrumento base el informe; dos, que sabemos que hoy no podemos incluir todas las dimensiones, y tres, que tenemos claridad de la necesidad de no sólo medir pobreza por ingresos, sino también de dar un salto cualitativo para acercarnos con más propiedad a evaluar otros factores y fenómenos sociales que hoy no son abordados de modo más adecuado, porque no tenemos una mirada más integral en materia de pobreza y vulnerabilidad.

¿Qué espera usted de la mesa técnica? ¿Qué se priorice, por ejemplo, el ítem de educación, salud y vivienda por su alcance social?

Una medición multidimensional, independiente de lo que proponga la mesa, nos servirá como una herramienta potente de evaluación de políticas sociales. Por ejemplo, para evaluar las transferencias monetarias se puede aplicar la metodología actualizada de la Casen, pero para evaluar variables como, por ejemplo, violencia intrafamiliar o impacto de la educación y de la salud pública, hay un campo por desarrollar potente para las políticas sociales y es fundamental un enfoque multidimensional. Hay países que han decidido hacer una sola mirada, que es medir pobreza por ingresos y Chile es parte del grupo. Pero también hay países que decidieron ir por caudales más ambiciosos para saber cuán pobres son por sus ingresos, pero también cuán vulnerables son, según otras áreas que pueden ser evaluadas y que son determinantes para diseñar políticas públicas coherentes.

Riesgos para el gobierno

Expertos dicen que al actualizar las líneas de pobreza y hacer una medición multidimensional, la Casen 2013 arrojará malos datos. ¿El gobierno contempla ese riesgo?

Lo primero y significativo es que, al actualizar la línea de pobreza, la Presidenta Bachelet ha decidido mejorar la información con que cuentan las instituciones públicas, para que nuestras políticas sociales puedan encauzarse con precisión, con una mirada de futuro, pero basados en datos concretos, responsables, serios. Lo segundo es que con la incorporación de distintas dimensiones sociales, el gobierno entiende que la pobreza no se debe medir sólo por ingresos, sino que hay otras variables que afectan a las personas y los hogares, limitando más sus oportunidades. Porque, por ejemplo, tenemos regiones como Atacama, donde hay sectores con altos ingresos, pero que no tienen cine, o sus espacios culturales o de recreación son limitados. ¿No es eso una forma de vulnerabilidad? Esto es parte de la fisonomía de nuestro país, de las distintas caras o formas de la pobreza y hay que hacerse cargo. O no es un hecho que la desigualdad también se explica porque, por ejemplo, hay sectores de la población en zonas duras de pobreza que no pueden acceder a mejores posibilidades de empleo, porque viven lejos, sin acceso al transporte público o porque nadie quiere transportarlos, porque donde viven es peligroso...

¿Si ese aterrizaje se concreta, una de las conclusiones de la Casen es que somos, a lo menos, un país más vulnerable de lo que pensamos?

No lo sé con certeza, porque hoy tenemos percepciones, pero si sabemos que el índice de Gini nos habla de que tenemos una redistribución pésima del ingreso y detrás de esos bolsones de desigualdad hay vulnerabilidades, eso es una evidencia. Hay una percepción y lo hemos compartido con varios expertos, tanto de la comisión como con otros académicos, de que hay más vulnerabilidades y que la Casen, incorporando multidimensionalidad, va a mostrarlo. En eso hay coincidencia y habrá que hacerse cargo de los desafíos. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Las comparaciones podrían ser odiosas si los datos son malos...

La actualización de las líneas de pobreza nos va a mostrar cómo andamos respecto de los años atrás con la medición tradicional y nos mostrará otra dimensión de nuestra realidad con la medición de la línea que estima la Cepal. Pero no hay que tener miedo a esto, porque cualquier estadístico y analista serio sabrá y tendrá que tomar referencialmente las cifras tradicionales y las comparará respecto de sus versiones anteriores para evaluar si hemos mejorado o no y cuánto. Y también las tomará de aquí en adelante, para saber cuáles son los desafíos de las políticas sociales en materia de ingresos y línea actualizada, en otros ámbitos, para el caso de resultados multidimensionales. Lo que sí está claro es que nos va a mostrar otra cara de la realidad.

¿Teme los coletazos?

El punto está en que no empequeñezcamos la discusión, el debate, y que cuando tengamos los datos no hagamos de esto un tema exclusivamente político de trinchera, porque eso le hace mal al país. Un país desarrollado debe ser capaz de mostrar sus datos de manera adecuada al nivel de desarrollo que tiene. La actualización de la pobreza que viene desarrollando la Cepal es un proceso fundamental y no podemos quedarnos atrás para evitar una actualización que puede mostrarnos más vulnerables de lo que pensamos que somos. Eso sí sería impresentable.

¿Está dispuesta a asumir el costo?

Este país que tiene altos indicadores económicos, en que nos ha ido bien en las mediciones nacionales e internacionales, no puede quedarse atrás con metodologías de medición insuficientes u obsoletas para evitar datos que puedan hacernos ver más vulnerables o con un nivel menor de desarrollo que el que creemos que tenemos. Eso no lo podemos hacer. Yo estoy comprometida con transparentar nuestra realidad en esta medición para, de ese modo, fortalecer y promover las políticas sociales.

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