Minsal evalúa no exigir receta retenida para vender "píldora del día después"
<P>Así lo aseguró el ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien indicó que incluso podría ser sin prescripción. </P>
Para adquirir la llamada "píldora del día después" en una farmacia se necesita una receta médica retenida, al igual como se usa para algunos medicamentos sicotrópicos o que necesitan control de stock.
Este sistema ha sido considerado "engorroso" por algunos especialistas debido a que se trata de un anticonceptivo de emergencia, que se debe tomar dentro de las 72 horas de una relación sexual no protegida, razón por la cual distintos sectores, entre ellas las matronas, quienes el 21 de junio enviaron una carta al Ministerio de Salud, han solicitado que se modifique su condición de venta.
Al respecto, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, dijo ayer que "es un tema que estamos evaluando".
"Nosotros no tenemos ningún problema en discutir el tema de cómo se entrega 'la píldora del día después'. Hay gente que sostiene que tiene que ser sin receta, que debería venderse en supermercados; otros, con receta extendida sin retención, y otros de acuerdo a la ley vigente sujeta su entrega a una receta retenida. Estamos revisando toda la regulación y estamos completamente llanos para ver cuál es la mejor manera", afirmó.
"Todos los caminos están abiertos", agregó la autoridad.
En la mayoría de los países donde se distribuye la píldora de emergencia no se exige prescripción médica para su venta, tales como Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Nueva Zelandia, México y Brasil. Y los que la piden, como Paraguay, se trata de una receta simple, es decir que puede ser extendida por cualquier profesional médico o matrona. En Chile, al ser una receta retenida, sólo puede ser extendida por un médico.
La presidenta del Instituto Chileno de Medicina Reproductiva (Icmer) y una de las autoras de las Normas Sobre Regulación de la Fertilidad del Minsal, Soledad Díaz, indicó que la receta retenida tiene varios inconvenientes: éticos y de acceso oportuno al fármaco.
"La receta retenida incluye la identificación de la mujer. De este modo, pueden conocer su problema varias personas, algunas de las cuales no están sometidas al juramento hipocrático, como los dependientes de las farmacias, y esto me parece aun más grave en el caso de las mujeres violadas".
Otro problema que plantea es el de acceso, ya que no todos los consultorios tienen médicos en horario normal, tampoco funcionan los fines de semana, "y en las zonas rurales sólo hay auxiliares como personal permanente. ¿Qué hace el auxiliar de Caspana? ¿Va a Calama a conseguir la receta?".
A juicio de la profesional lo más importante es que "la ventana para que el método sea 100% efectivo es corta, por lo tanto se necesita eliminar las barreras de acceso".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.