Muere Antonio Cisneros, poeta peruano y figura de los 60

<P>El autor de <I>Canto ceremonial contra el oso hormiguero</I> falleció ayer de cáncer, a los 69 años. En 2010 recibió el Premio Pablo Neruda.</P>




Chile fue el primer país extranjero que conoció a Antonio Cisneros. Tenía 22 años, tres libros de poesía y unas ganas enormes de convertirse en un poeta de tomo y lomo. Aquí encontró una generación de autores que ansiaba lo mismo: era 1964 y llegaba para participar de un encuentro de escritores en la U. de Concepción, organizado por Gonzalo Rojas. El flechazo fue instantáneo. Conoció a Nicanor Parra y Enrique Lihn, se hizo amigo de Antonio Skármeta y Poli Délano. En 1969 volvió a otro evento, ahora internacional, con Vargas Llosa y Juan Rulfo. Eran los años dorados de la literatura latinoamericana y Cisneros estaba ahí. "Eramos los lolos, los benjamines. El trío de poetas jóvenes más potente era Juan Gelman, Jorge Teillier y Antonio Cisneros, los tres mosqueteros de la poesía joven. Con él tuve una amistad muy honda", recuerda Poli Délano.

Ayer, a los 69 años, el poeta Antonio Cisneros murió víctima de un cáncer al pulmón, según informó su familia. A pesar de su enfermedad, se mantuvo activo: hasta hace poco dirigía un centro cultural del Ministerio del Exterior y en 2010 recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, que lo trajo de vuelta a Chile. Ya en 2004, había recibido el premio José Donoso.

En 1968, Cisneros se posicionó definitivamente como referente de la poesía regional con Canto ceremonial para un oso hormiguero, con el que ganó ese año el premio Casa de las Américas. "Ese libro causó sensación. Utilizaba un lenguaje emocional para hablar de sensaciones profundas, un tono medio coloquial e inteligente", dice el también poeta Antonio Skármeta. "Estuvimos becados en Berlín Occidental, donde escribió poemas con mucha ironía. Encontraba el mundo alemán muy saludable, muy ordenado y él se sentía un bohemio. Era bueno para la juerga, divertido, fumaba muchísimo, lo recuerdo siempre con un cigarro en los labios", agrega.

Izquierdista y fanático del fútbol, Cisneros fue además un prolífero periodista que trabajó en televisión, radio y prensa escrita. Ejerció la docencia en Perú, EE.UU. y Europa. También fue guionista y traductor.

Entre sus obras más conocidas están Agua que no has de beber (1971), Como higuera en un campo de golf (1972) y Crónicas del Niño Jesús de Chilca (1981). "De su obra destacaría el humor, el desparpajo, la blasfemia ocasional y un tono confesional mantenido a lo largo de los años que resulta muy seductor", señala el crítico de La Tercera, Juan Manuel Vial.

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