Muere Edgardo Boeninger, el arquitecto de la transición democrática
<P>El ex ministro de la Presidencia de Patricio Aylwin falleció en la madrugada de ayer de un cáncer que lo perseguía desde 1996. En la Concertación y en la Alianza lamentaron la muerte de quien es considerado el diseñador de los ejes del primer gobierno democrático: propició mantener el modelo económico, negociar con los militares y el consenso en el Congreso. </P>
El ministro más influyente de la Concertación. Edgardo Boeninger Kausel, quien murió en la madrugada de ayer producto de un cáncer, fue elegido como tal el año pasado, en una encuesta realizada por La Tercera a 45 personalidades del oficialismo y de la oposición. Para la clase política, el ex ministro Secretario General de la Presidencia de Patricio Aylwin (1990-1994) ostentaba esa categoría por ser el "arquitecto de la transición" y de la Concertación.
A sus 84 años, Boeninger -ingeniero civil, economista y cientista político, y ex rector de la Universidad de Chile y ex senador designado- estaba a punto de lanzar su libro número 20. "Chile rumbo al futuro", donde entrega su visión sobre temas país (educación, desigualdad, crecimiento, innovación, etc.), lo había tenido ocupado el último año. Le era tan importante lanzarlo que a los doctores de la Clínica Alemana, donde fue internado la semana pasada, les había transmitido con convicción que el 28 de este mes estaría encabezando su evento. El cáncer se le manifestó por primera vez en 1996 con un tumor al riñón, en 2002 reapareció en hígado y páncreas. En 2007 la metástasis llegó al cerebelo.
Ayer, las principales figuras de la Concertación llegaron a la iglesia del Colegio San Ignacio, en Alonso de Ovalle. El ex Presidente Aylwin al entrar a la iglesia lloró y sólo pudo decir "estoy muy emocionado". Antes, la Presidenta Michelle Bachelet lamentó su deceso. Ella y Aylwin serán los principales oradores en el responso que se realizará hoy, a las 11.00, en la misma iglesia. En el funeral, que seguirá en el Parque del Recuerdo, los oradores serán Jovino Novoa (UDI), presidente del Senado; la senadora DC Soledad Alvear; el timonel del partido, Juan Carlos Latorre; el ex ministro Enrique Correa, y el ex rector de la Universidad de Chile, Jaime Lavados.
La vía electoral
La relación que Boeninger forjó con Aylwin se estrechó a partir de 1986. Si bien ya en el 73 el timonel DC se entusiasmó con una idea del rector para dar una salida a la crisis de la UP (renuncia de parlamentarios, ministros y Presidente), una década y media después se convirtió en su asesor.
El 86 el ingeniero presidía el Centro de Estudios del Desarrollo (CED), un instituto creado por Gabriel Valdés. Este último postulaba que a través de la movilización social se lograría la renuncia de Augusto Pinochet y el retorno a la democracia. Pero Boeninger escribió un documento que tenía como eje estratégico lo contrario: decía que las protestas posteriores a 1982 estaban agotadas y que la manera de terminar con el régimen militar era seguir la vía electoral.
El texto lo alejó del CED y de Valdés, mientras Aylwin hizo suya la tesis y le pidió a Boeninger que lo acompañara como vicepresidente, en su lista para comandar la DC (1987). "En ese proceso nos fuimos tomando confianza. Ahí me ofrecí para encargarme de las relaciones con otros partidos políticos (...) Luego me encargó el programa de la Concertación. No fui yo el que apostó a Aylwin, sino que fue él quien me fue midiendo y dando más y más confianza", dijo el ex ministro a la periodista Margarita Serrano, quien este año publicó las memorias "La igual libertad de Edgardo Boeninger" (Ubqar).
En las negociaciones con la izquierda tras el triunfo del No, en octubre de 1988, Boeninger continuó jugando un rol. El era de la postura de que debía gobernar una coalición amplia (ver pág. 8).
Pero no es sino hasta el triunfo de Aylwin en la presidencial de 1989 que Boeninger comenzó a hacerse del título que ayer más le destacaban: ser el arquitecto de la transición. El está en los ejes del primer gobierno de la Concertación: liberal en lo económico, promueve mantener el modelo; pragmático y eficiente respecto de las relaciones cívico-militares, Boeninger fomentó el principio de la subordinación al poder político, pero, al mismo tiempo, la negociación como mecanismo de solución; con minoría en el Senado, su consigna para sacar adelante los proyectos de ley fue la política del consenso y acuerdos.
Cenas con Ballerino
"La frialdad de Boeninger congenia perfectamente con el instinto de poder de Correa", escribió Ascanio Cavallo en "La historia oculta de la transición". La afiatada dupla política ocupó el lugar preponderante en el gobierno de Aylwin.
Pese a la molestia del ministro de Defensa Patricio Rojas, Boeninger y Correa privilegiaban parlamentar con el Comité Asesor de Pinochet, encabezado por Jorge Ballerino. Varias veces cenaron con él. De acuerdo con sus estilos, Boeninger daba los ejes y Correa llevaba las conversaciones.
También se encargó de monitorear el avance del gobierno y la percepción ciudadana. Tenía un grupo de asesores a los que, según Cavallo, Enrique Krauss (Interior) denominaba los "fumadores de opio". Ellos hacían propuestas estratégicas.
Tras dejar La Moneda, volvió a la vida más académica y asumió algunos directorios de empresas, algo que a él -que prefería la labor pública- lo aburría. Cuando Eduardo Frei le ofreció asumir como senador designado, pragmático como era, no tuvo problema en hacerlo ni en trabajar en la reforma constitucional que terminaría con su cargo.
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