Muere Francisco Flores, ex Presidente de El Salvador acusado de corrupción

<P>Estaba procesado por desviar US$ 15 millones donados por Taiwán tras los terremotos de 2001.</P>




El ex presidente de El Salvador, Francisco Flores, procesado por delitos de corrupción durante su mandato, falleció la noche del sábado tras permanecer casi una semana en estado de coma después de sufrir un accidente cerebrovascular.

Los especialistas habían diagnosticado que el ex mandatario de 56 años -quien ya había sido hospitalizado en 2014 y 2015- tenía un daño cerebral irreversible. Flores cayó en coma tras ser llevado de emergencia al Hospital de la Mujer, en San Salvador, donde lo operaron sin éxito para desbloquear la arteria obstruida.

Francisco Flores gobernó el país de 1999 a 2004 con el partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena). Ha sido el Presidente más joven del país centroamericano, ya que asumió el poder cuando tenía apenas 39 años.

Su imagen de anticomunista creció cuando en 2000 sostuvo un acalorado debate con el entonces gobernante cubano Fidel Castro en la X Cumbre Iberoamericana, celebrada en Panamá.

Permanecía bajo arresto domiciliario, a la espera de ser juzgado por los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito y desobediencia a particulares. Todo eso por el supuesto desvío de más de US$ 15 millones, donados por el gobierno de Taiwán para ayudar a los damnificados de los terremotos que azotaron a El Salvador en 2001, y que nunca llegaron a las víctimas.

Según la fiscalía, el ex presidente se había apropiado personalmente de US$ 5 millones y desvió US$ 10 millones hacia una cuenta de Arena, el partido que gobernó el país entre 1989 y 2009.

Los dineros deberían haber ido a proyectos de reconstrucción y atención a víctimas de los terremotos de 2001, que dejaron un saldo de más de mil muertos, 8.000 heridos, 1,5 millones de damnificados y pérdidas por más de US$ 1.500 millones.

La viuda del ex presidente, Lourdes de Flores, dijo que su esposo "confió y se sometió voluntariamente a la justicia por su certeza que era inocente. Por el contrario sufrió una terrible crisis en su salud provocada por un injusto ataque político que atropelló sus derechos fundamentales". La mujer dijo que "de acuerdo a la ley le corresponden los honores de Estado, pero es el deseo de la familia realizar sus exequias fúnebres de la forma modesta que caracterizó su vida".

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