Muere Mandela, uno de los últimos grandes íconos mundiales del siglo XX

<P>El primer presidente negro de Sudáfrica, premio Nobel de la Paz y figura clave para terminar con el <I>apartheid</I>, falleció ayer, a las 20.50 horas locales, en su casa de Johannesburgo, tras una larga agonía. El mandatario del país, que dio a conocer la noticia, dijo que recibirá un funeral de Estado, sin precisar la fecha. </P>




Nuestra nación ha perdido al más grande de sus hijos". Con esas palabras, el jefe de Estado sudafricano, Jacob Zuma, anunció ayer la muerte de Nelson Mandela, a los 95 años de edad. El fallecimiento se produjo a las 20.50 horas locales, en su casa de Johannesburgo, tras una larga agonía que empezó a mediados de año. "Madiba (como era conocido afectuosamente por su pertenencia a la etnia xhosa) nos unió y juntos vamos a despedirlo. Nuestro amado Madiba recibirá un funeral de Estado", añadió el mandatario.

Nelson Mandela "se apagó en paz. Nuestro pueblo pierde a un padre", sostuvo, agregando que las banderas serán izadas a media asta desde hoy y hasta los funerales, cuya fecha no precisó. "Expresemos la profunda gratitud por una vida vivida al servicio de la gente de este país", dijo Zuma, al despedir a uno de los últimos grandes líderes políticos mundiales del siglo XX.

El primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999), figura fundamental para terminar con el régimen del apartheid -por el que una minoría blanca dominó durante décadas a sus compatriotas- y galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993, se encontraba en un estado frágil de salud desde hace meses. En los últimos dos años fue hospitalizado en cinco ocasiones, la última de ellas por una infección pulmonar, el 8 de junio pasado, un problema que arrastraba desde los tiempos de confinamiento en la prisión de la isla de Robben. Desde principios de septiembre que se encontraba en su casa, cuidado por 22 médicos.

Durante estas últimas semanas, sus familiares habían entregado señales del delicado estado de salud del líder. Su hija Makaziwe Mandela había dicho el martes, en una entrevista con la cadena South African Broadcasting Corporation (SABC), que la condición de su padre era crítica y que daba la "batalla en su lecho de muerte". "Creo que él aún nos imparte enseñanzas. Lecciones de paciencia, lecciones de tolerancia", dijo. Mientras, el mes pasado, su ex esposa, Winnie Madikizela-Mandela, había señalado que él ya no estaba hablando, "debido a todos los tubos en su boca para despejar (líquido de) los pulmones".

Las últimas imágenes ofrecidas del líder, que raramente fue visto en público desde que se retiró oficialmente en 2004, fueron captadas en abril de este año, poco después de recibir el alta del hospital. El Presidente Zuma acudió a su hogar para visitarlo, pero la imagen que resultó de ese encuentro mostró a un Mandela muy débil.

Su muerte provocó la reacción inmediata de todos los líderes a nivel mundial. El Presidente Barack Obama señaló que Mandela "hizo más que lo que se puede esperar de cualquier hombre" y deseó que su legado continúe inspirando a la humanidad. "El día que fue liberado entendí lo que un hombre puede conseguir con sus esperanzas, dejando a un lado sus miedos", añadió. El premier británico, David Cameron, pasando por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, hasta el ex Presidente norteamericano George H. W. Bush, entre otros, enviaron sus condolencias.

Desde su última hospitalización, y tras conocer la gravedad de su estado de salud, en las calles de Sudáfrica se rezó por su vida. Sin embargo, su crítico estado revivió disputas familiares, que podrían reiniciarse tras su muerte. La crisis se desató debido a que 15 de ellos decidieron demandar al nieto mayor del ex líder, Mandla, para poder trasladar los cuerpos de tres de los hijos del ex presidente al cementerio de la familia en Qunu, donde Mandela ha dicho que quiere ser sepultado.

La polémica se había iniciado en 2011, cuando Mandla había decidido por su cuenta trasladar el cuerpo de su padre, de su tía y de su tío al pueblo natal del líder sudafricano, Mvezo, donde el hombre de 39 años construye un centro conmemorativo que muchos interpretaron como un intento para asegurarse de que Mandela sea sepultado allí. Sin embargo, el tribunal acogió la demanda y dispuso en julio que los restos fueran devueltos a Qunu. Según la BBC, la batalla sobre las exhumaciones es una muestra de las divisiones más profundas dentro de la extensa y compleja familia de Mandela, quien tuvo tres esposas, seis hijos, 17 nietos y 12 bisnietos.

Detrás de esta disputa se encuentra la pregunta de quién va a sustituir a Mandela como jefe de la familia. Como es el hombre de más edad, el ex presidente nominó a Mandla para sucederlo. El es también un miembro del Parlamento del partido gobernante, el Congreso Nacional Africano (CNA). Pero muchos dentro de la familia están cada vez más descontentos con él, incluyendo a Makaziwe, la mayor de las tres hijas sobrevivientes de Mandela.

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