Muere Patrice Chéreau, director de La Reina Margot

<P>Ganador en Cannes y Berlín, el cineasta y director teatral francés falleció ayer a los 68 años, víctima de cáncer al pulmón. </P>




Detallista, obsesivo, maniático de los gestos y los textos. En fin, un animal del teatro y un cineasta de gustos extremadamente dúctiles. Las clasificaciones para definir a Patrice Chéreau se hacen pocas, pues hizo de todo: una docena de películas, 20 guiones, cien montajes teatrales y muchísimas óperas. Ayer, este realizador francés de apetito insaciable murió a los 68 años en París. Tenía cáncer de pulmón, pero su industrioso espíritu le había llevado a trabajar hasta el final, preparando la obra Como gustéis de Shakespeare en el Teatro del Odeón de París.

A pesar de sus múltiples oficios, el público fuera de las fronteras de Francia conoció a Chéreau por sus películas. Particularmente La reina Margot, ganadora del Gran Premio del Jurado de Cannes 1994 y título habitual en el cine arte chileno de los años 90, e Intimidad, trabajo de fuerte contenido sexual que ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín 2011 (ver fichas).

Chéreau, que en el fondo era un hombre de teatro, comenzó como muchacho prodigio a los 15 años, a los 19 dirigió su primera obra y a los 24 entró en la dirección de ópera. A fines de los 60 estableció una fuerte relación con la creación de Bertolt Brecht y Antonin Artaud. Ya en los 80 dirigió varias piezas de Bernard-Marie Koltès, el dramaturgo francés que murió de sida a los 41.

En la ópera fue un provocador profesional cuando en 1976 adaptó El anillo de los nibelungos de Wagner en la época de la Revolución Industrial, ganándose los abucheos de la conservadora audiencia del Festival de Bayreuth, pero un lugar entre los renovadores del arte lírico en el siglo XX.

A Chéreau, que era exigente como pocos y le gustaba llevar a los actores al límite, le gustaba decir que prefería lo difícil. "El problema con los actores es que todos van de manera natural hacia lo que saben hacer bien, nunca hacia lo que no saben. Soy yo el que tiene que decir: 'Vayamos hacia esta dirección, a la que quizá nunca has ido'", afirmaba en el 2006 al diario español ABC.

En el cine, su última película fue Persecución (2009), sobre la relación de amor y odio entre Daniel (Romain Duris ) y Sonia (Charlotte Gainsbourg). Antes, en el 2005, había hecho Gabrielle, adaptación de un relato de Joseph Conrad sobre un matrimonio en el que nada funciona. Protagonizaban Isabelle Huppert y su actor fetiche Pascal Greggory.

Intelectual y de izquierda, Chéreau era más o menos un desconocido hasta la llegada de La reina Margot, película sobre un romance fallido entre aristócratas del siglo XVI. Decía que tras esa cinta, había adquirido una seguridad implacable y no temía que lo llamaran "teatral". "Antes de La reina Margot, cuando no estaba muy seguro de hacer muy buenas películas, me daba demasiado miedo que mi cine se pareciera al teatro. Ahora, que sé que hago buenos filmes , no me importa lo que diga la gente", afirmaba.

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