Muere Robert Hughes, el crítico de arte más famoso y terrible
<P>Tras una larga enfermedad, el australiano y figura de la revista Time falleció a los 74 años. Con tono mordaz criticó a Bacon y Jeff Koons.</P>
Tuvo a la muerte en las narices, pero logró esquivarla. En 1999, un choque automovilístico dejó a Robert Hughes en coma cinco semanas y luego postrado por más de siete meses. El crítico de arte más famoso de EE.UU. estaba herido y desmoralizado; sin embargo, logró acabar la biografía de Goya que por años había estado escribiendo. Lo hizo gracias a la presencia del propio pintor. "Goya se presentaba en mis alucinaciones. Me decía: 'Usted es un inglés asqueroso. No va a conseguir escribir este libro'". Pero lo hizo, se recuperó y volvió a las pistas.
En los 70, el australiano consolidó su pluma lúcida y mordaz en las páginas de la revista Time, donde ganó fama de combativo al cuestionar a las vacas sagradas del arte contemporáneo como Francis Bacon y Andy Warhol. El lunes, Hughes falleció a los 74 años en un hospital de Nueva York, tras una larga enfermedad, según confirmó ayer su esposa, la pintora estadounidense Doris Downes.
Arte vacío, aburrido
Nacido en Sydney en 1938, Hughes pasó de aspirante a artista a la crítica de arte en un matutino local. A fines de los 60 saltó a diarios londinenses como The Spectator y The Observer. En 1970 lo llamaron de la revista Time, de EE.UU., país donde se radicó. Gracias a su estilo despiadado e inventivo, Hughes se ganó un sitial de influencia que nadie más ha tenido en el medio artístico. El trabajo de Bacon lo calificó como "papel para matar moscas" y definió el arte posmoderno como "el vómito de los 80". En los 90 siguió despotricando: "Jeff Koons es el bebé de Rosemary de Andy Warhol", disparó con gracia. Odiaba lo que él llamaba el arte vacío, pretencioso o simplemente aburrido. Tuvo sus favoritos: Lucian Freud y Goya, de quienes escribió largas monografías.
Su reputación alcanzó masividad en los 80 gracias a The shock of the news , serie que transmitió la BBC, sobre el desarrollo del arte desde el impresionismo. También su libro The fatal shore, de 1987, sobre el colonialismo australiano, fue un bestseller.
En su vida privada, Hughes tuvo de dulce y agraz. Se casó tres veces, la última en 2001, con Doris Downes. Un año después, su hijo, Danton, se suicidó. Fue una época difícil: Hughes sanaba del accidente, por el cual abandonó su pasión por las motos, para caminar con bastón. Pero nada detuvo su inflexible pluma. Una de sus últimas víctimas fue el inglés Damien Hirst: sus obras las trató de "absurdas y chabacanas mercancías" y a su famoso tiburón como "el organismo marino más sobrevalorado del mundo".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.