Muere William Safire, el influyente columnista que hizo discursos de Nixon

<P>El columnista del diario The New York Times y ganador del Pulitzer murió ayer, a los 79 años, víctima de un cáncer de páncreas. Safire, quien se describía a sí mismo como un conservador libertario, fue responsable del debate que el entonces vicepresidente Nixon y Kruschev tuvieron en una cocina en Moscú, en 1959. Su prosa ayudó a que los conservadores ganaran respeto en los 70, facilitando el camino para la era de Reagan.</P>




A los 79 años y víctima de un cáncer de páncreas, murió ayer William Safire, quien fuera redactor de discursos para el Presidente Richard Nixon y columnista galardonado del diario The New York Times.

Safire murió en una residencia para desahuciados, un hospicio en Rockville, Maryland, indicó Martin Tolchin, un amigo de la familia.

Nacido en la ciudad de Nueva York, Safire abandonó la Universidad Syracuse después de dos años y retornó una generación más tarde para un discurso de graduación. Según la agencia de noticias EFE, Safire se enorgullecía de haber abandonado sus estudios universitarios.

Fue corresponsal del Ejército de Estados Unidos y periodista de radio, televisión y periódicos antes de dirigir una firma de relaciones públicas en Nueva York, responsable por el debate que el entonces vicepresidente Nixon y Kruschev tuvieron en una cocina en Moscú, en 1959.

En 1968, Safire se sumó a la campaña presidencial de Nixon y se convirtió en el redactor principal de sus discursos en los tiempos tumultuosos de la guerra de Vietnam, la visita del mandatario a China y el creciente escándalo de Watergate, que terminó sacando al presidente de su cargo.

Como escritor de discursos en la Casa Blanca de Nixon, Safire escribió la frase del vicepresidente Spiro Agnew: "Opulentos balbucientes de la negatividad", que según el columnista de tendencia conservadora no estaba dirigida a la prensa, sino a los que creían que la guerra en Vietnam terminaría en derrota. También se le atribuyó la creación de frases como "hipocondríacos histéricos de la historia" o "charlatanes del pesimismo", que el mismo Spiro Agnew usó para describir a la prensa estadounidense.

Safire escribió durante más de 30 años para la sección editorial del The New York Times. En su columna "Sobre el idioma", en la revista de ese diario y en 15 libros, rescató los orígenes de algunas palabras y frases coloquiales en inglés, como "hombre de paja" y "la prueba está en el pastel".

Redactó más de 3.000 columnas en las que defendía con vehemencia las libertades civiles y a Israel, al tiempo que se enfrentaba con figuras políticas. Incluso, Bill Clinton intentó pegarle en la nariz después de que Safire llamara a su esposa una "mentirosa congénita".

"No sólo era brillante con el lenguaje y en su análisis de los vericuetos de la política, era un jefe amable y divertido que les daba mucho reconocimiento a otros", dijo su asistente, Rosemary Shields.

Safire, quien se describía a sí mismo como un conservador libertario, escribió sus columnas dos veces por semana desde 1973 a 2005 y decía que lo habían contratado para que fuese "el botón de muestra" en el Times, un diario liberal.

Junto con George Will y William F. Buckley Jr., la prosa de Safire ayudó a que los conservadores ganaran respeto en la década de 1970, facilitando el camino para la era de Ronald Reagan. Fue un pionero en el periodismo, fiel a sus opiniones, y con frecuencia sus columnas estaban llenas de fuentes en Washington y Medio Oriente, por lo que eran lectura obligada para las personas informadas.

Sus columnas mordaces sobre los manejos financieros de Bert Lance, el director de presupuesto del presidente Jimmy Carter, le valieron el premio Pulitzer de opinión de 1978. En 1995 Safire fue nombrado a la junta directiva del Pulitzer.

Cuando se retiró, declaró que "es momento de irse cuando uno todavía batea lejos y tiene alguna otra cosa que quiere hacer".

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