Mujer asesinó a su esposo, lo enterró en el patio y fingió abandono por casi 15 años
<P>En 1994, Ximena Burgos denunció que su marido, Samuel Rivera, la había abandonado y casi todos le creyeron. Su historia funcionó hasta el viernes pasado, cuando el propio hijo de Samuel encontró los restos de éste enterrados en lo que había sido un patio. Faltaban tres meses para que el crimen prescribiera.</P>
El 15 de octubre de 1994, Ximena Burgos González, entonces de 23 años, denunció que su marido, Samuel Rivera Hidalgo (27), la había abandonado. "Voy a comprar cigarros y vuelvo", habrían sido sus últimas palabras, le relató la mujer a sus cercanos. Samuel fue buscado por todas partes y nunca apareció. A sus parientes les llegaban versiones de que estaba en el norte, que se encontraba bien y al final terminó por establecerse la versión de que había dejado a su esposa y a sus hijos, de cinco y seis años.
Pero esa historia dio un brusco giro el viernes pasado, de la mano de Fernando Rivera, el hijo menor de Samuel y hoy de 20 años.
La casa de la familia, en calle Los Bellotos, comuna de El Bosque, sufrió una filtración de agua en uno de los dormitorios, que antaño había sido un patio. El joven comenzó a cavar para buscar la fuente de agua.
A cerca de un metro de profundidad hizo un hallazgo: un fémur y un peroné humanos. "Ahí me encontré con la sorpresa. Yo pensé altiro que era mi papá", contó ayer el joven a La Tercera. Sin contarle a su madre, que había salido a comprar, Fernando fue a la comisaría para entregar las osamentas. De ahí las pruebas pasaron a la Brigada de Homicidios de la PDI, que estableció que se trataba de restos masculinos, con una data cercana a la desaparición de Samuel. Enviaron los antecedentes al Octavo Juzgado del Crimen de San Miguel.
Ayer, la policía citó a declarar a Ximena y a su primo Miguel Angel Burgos, con quien ella había mantenido una relación en la época en que Samuel desapareció. Los interrogaron todo el día y sólo en horas de la tarde de ayer confesaron: ellos habían asesinado a Samuel, quien se ganaba la vida trabajando como desabollador.
Faltaban cerca de tres meses para que el crimen prescribiera y ellos quedaran liberados de responsabilidad.
La confesión
Ximena y Miguel Angel habían iniciado una relación a espaldas de su marido, luego que el primo llegara a vivir con la familia. Ella asegura que Samuel la golpeaba y que por eso se acercó a su primo.
En algún momento, habrían tomado la decisión de matar a Samuel. Según relataron ayer a los policías, planificaron sus pasos: se preocuparon de que los niños no estuvieran en la casa y esperaron a que el obrero regresara de su trabajo.
Ximena relató que lo "hizo dormir" suministrándole algún tipo de droga. Una vez que Samuel estuvo indefenso, Miguel Angel lo estranguló usando una polera. Tras el crimen, lo enterraron en lo que entonces era un patio de la casa e inventaron la historia de que él la había dejado.
Ximena y Miguel Angel -que hoy serán puestos a disposición del juzgado- terminaron su relación a los pocos meses. Más tarde, ella rehízo su vida y tuvo otros tres hijos con otra pareja. Siguió viviendo en la casa sin problemas. Hasta el viernes, cuando su segundo hijo encontró los restos de Samuel.
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