Mujer reconoce farsa en torno a caso de guagua abandonada en Cerrillos

<P>Luego de declarar durante un par de horas ante la Fiscalía Occidente, María Espinoza reconoció que siempre supo la identidad de la madre biológica de la bebé y que por temor inventó que la había hallado en la vía pública.</P>




"Lo hice porque no tengo documentos (de residencia). Yo levanté esa guagüita cuando estaba con el cordón -umbilical- todo envuelto y la llevé a Carabineros. A la madre ni le importó, sólo recuerdo que se tapaba la cara y decía 'llévense esa guagua'. No quiso tenerla ni en su pecho".

Con estas palabras, María Luisa Espinoza -indocumentada de nacionalidad peruana- confesó ayer los motivos que tuvo para mentir y ocultar que asistió el parto de una bebé de sexo femenino, durante la madrugada del pasado jueves 4 de junio, y que luego se ofreció para entregar a la lactante en una unidad policial de Cerrillos.

Tras el hecho, la mujer adquirió notoriedad pública al sostener la versión de que había hallado a la lactante en la vía pública y con evidentes signos de hipotermia, cuando se dirigía a su trabajo como vendedora ambulante en La Vega de Lo Valledor.

Ahora, pese a que asegura que se siente satisfecha por "haber salvado la vida de esa bebita", María Luisa Espinoza dice temer por su futuro, ya que arriesga una condena de entre 61 y 540 días, más una multa de 10 UTM, por el delito de obstrucción a la investigación, el que se configuró cuando declaró a la policía que la menor había sido abandonada y que no conocía el paradero de la madre.

El titular de la Fiscalía Occidente, Tufit Bufadel, dijo ayer -tras tomar la declaración de la madre biológica y la ciudadana peruana- que "el hecho de concurrir a una comisaría, señalar que se está en presencia de un delito y aportar antecedentes falsos, es algo constitutivo de delito que el Ministerio Público va a perseguir solicitando desde ya la formalización de esta mujer".

La noche del parto

Además de Espinoza, Bufadel tomó la declaración de Paulina Lepe Hernández, de 39 años, madre de la pequeña, y a una tercera mujer, de nacionalidad peruana, Delia Castillo, quien resultó ser el nexo entre las dos involucradas en la historia. A juicio del Ministerio Público, ninguna de estas dos últimas serán formalizadas.

Según la declaración de las tres mujeres, cuando comenzaron las contracciones la noche del 4 de junio, Paulina Lepe (madre de otros seis niños) telefoneó a su amiga Delia Castillo para pedir ayuda. Tras el llamado, y al ver su desesperación, Castillo le dijo que se fuera a su casa en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. Una vez ahí, esta última llamó a María Luisa Espinoza, relatándole que Paulina se resistía a concurrir a un centro asistencial y que necesitaría ayuda para el parto.

"Yo estaba enojada con mi amiga por aceptar esto y cuando estábamos en la discusión sobre a quién llamar, la bebé ya estaba ahí. Estoy feliz porque mi conciencia está tranquila y ella está viva. Si yo no hubiera estado ahí no sé qué hubiera pasado con esa guagua", relató María Luisa Espinoza.

En la actualidad, la bebé se encuentra en la Fundación San José. Ahí llegó luego de que fuera bautizada simbólicamente como Paz Victoria en el Hospital San Borja Arriarán.

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