Multinacionales protagonizan primer caso de delación compensada en Chile

<P>Tecumseh acusó a Whirlpool de haberse coludido para subir los precios de compresores para refrigeración a clientes chilenos como CTI y Sindelen. El caso forma parte de un cartel internacional descubierto el año pasado. La fiscalía pidió multar a Whirlpool.</P>




Chile demanda al año unos 400 mil compresores herméticos, un insumo clave para refrigeradores domésticos e industriales. Compañías locales como CTI, del grupo Sigdo Koppers, y Sindelen, compran este componente que hace circular el gas que refrigera y preserva bebidas y comidas. Los fabricantes son multinacionales que hace unos años decidieron coludirse para fijar precios. Esa decisión también afectó a empresas chilenas, según un caso que ayer hizo público la Fiscalía Nacional Económica (FNE) y que se transformará en la primera delación compensada, figura que entró en vigencia en octubre de 2009.

Tecumseh, multinacional con más de 70 años de historia, se acogió a la delación compensada y admitió ante la FNE haber fijado precios con Whirlpool para el mercado chileno. Ambas abastecieron en 2008 el 97% de la demanda local desde sus plantas en Brasil, con internaciones por montos de US$ 15 millones.

Según la FNE, en el quinquenio 2004-2008 el precio promedio de los compresores vendidos por Tecumseh a CTI, el principal fabricante nacional de línea blanca -con una participación de 45% en refrigeradores con sus marcas Fensa y Mademsa- aumentó en promedio un 83%. Whirlpool incrementó los valores 81% en igual período. Ese insumo representa entre 15% y 20% el costo de los refrigeradores.

A esto se suma que los fabricantes chilenos compiten en el mercado local con empresas multinacionales como Whirlpool, General Electric, Electrolux, LG, Samsung y Mabe, varias de las cuales no enfrentan el obstáculo del precio de los compresores, ya que fabrican estas piezas.

Los acuerdos colusorios entre ambas firmas estaban vigentes al menos desde 2004 y, según la declaración aportada por Tecumseh, incluían también a Danfoss, Appliances Components Company (ACC) y Matsushita. Estas firmas hacían, según acusa la FNE, reuniones anuales para acordar las alzas de precios. A estos encuentros asistían altos ejecutivos y los integrantes de sus divisiones de venta. En paralelo a estas citas, Tecumseh y Whirlpool hacían reuniones bilaterales en Brasil, para tratar las políticas que aplicarían en el mercado latinoamericano en específico.

La delación

La FNE accedió a correos electrónicos, minutas de reuniones y declaraciones de ejecutivos que respaldan la existencia del cartel a través de la confesión de Tecumseh. Según la fiscalía, la firma, representada en Chile por el abogado Cristián Sandoval, del estudio Toro y Cia., "ha entregado importante y contundente prueba de la existencia y modo de operación del cartel".

Esta información sirvió de base a un requerimiento que la FNE presentó ayer contra Whirlpool y Tecumseh Do Brasil. Acogiéndose a la nueva figura, en este caso, la FNE pide una multa de 15.000 UTA (US$ 12,7 millones) para la primera y la exención de la multa para la segunda.

Y aunque este caso recién se conoce en Chile, en Brasil ya fue ampliamente abordado. Ello porque en ese país fue Whirlpool la empresa que reconoció la existencia del cartel ante la autoridad de libre competencia y se comprometió a cesar esa conducta. Esto ocurrió el 30 de septiembre de 2009, cuando la firma, además, se comprometió a pagar una multa de US$ 53 millones.

Profesionales especializados en libre competencia interpretan que, tras el reconocimiento de Tecumseh en Brasil, su competidor Wirlpool buscó adelantarse legalmente en otros mercados, como Chile, para ser el primero en denunciar y acogerse con ello a los beneficios de la delación compensada.

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