Murray posterga sueño de Federer y hace historia

<P>El escocés obtuvo el oro para los británicos después de 104 años.</P>




El 8 de julio, Roger Federer (1º) y Andy Murray (4º) disputaron la final del Grand Slam de Wimbledon. El encuentro terminó con victoria para el suizo, impidiendo que el escocés finalizara con la maldición que aqueja a los tenistas británicos, que hace 75 años no ganan el torneo londinense, desde que Fred Perry lo hiciera en 1936.

Aquella derrota revivió los fantasmas que giran a Murray, ya que el escocés ya había perdido tres finales de Grand Slam (dos veces Australia y una del Abierto de Estados Unidos). Además, en su carrera ha debido lidiar con la supremacía de "FedEx", del español Rafael Nadal (3º) y del serbio Novak Djokovic (2º).

Sin embargo, ayer Murray acalló las críticas anteriores y se desquitó de la caída en Wimbledon al vencer a Federer por 6-2, 6-1 y 6-4, en una hora y 56 minutos.

Pero lo más importante para el número cuatro del mundo es que se convirtió en el primer británico en ganar una presea dorada después de 104 años, ya que Arthur Gore obtuvo la medalla de oro en los Juegos de Londres, en 1908 (en 1924 dejó de ser un deporte olímpico y se restableció en Seúl 1988).

Por el contrario, los asistentes al All England Club vieron a un irreconocible Federer, quien en las semifinales había batallado más de la cuenta para derrotar al argentino Juan Martín del Potro (9º). Tanto así, que ese compromiso fue el más extenso en tres sets desde que comenzó la "era Open" (ayer, Del Potro ganó la medalla de bronce, al vencer por 7-5 y 6-4 al serbio Novak Djokovic).

Quizás por ello, ayer se vio a un Federer descolocado, algo inusual en el suizo, quien de todos modos felicitó a su oponente. "Creo que Andy fue muy superior a mí en muchos aspectos del juego", comentó.

Por su parte, Murray reconoció que "ha sido la victoria más importante de mi vida. Esta semana ha sido absolutamente increíble", ya que además consiguió la medalla de plata en la final del dobles mixto junto a Laura Robson.

Seguramente, el 8 de julio pasado, Murray jamás imaginó que tendría su revancha un mes después de perder en "La Catedral".

Aunque muchos hubiesen cambiado la medalla de oro por el título de Wimbledon. O en el caso de Federer, cambiarían el actual trofeo de Wimbledon por la presea dorada que le falta (junto con ganar la Copa Davis) para completar su condición de mejor tenista de la historia.

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