Narcos y contrabandistas toman el control de la frontera de México con Guatemala

<P>EE.UU. tiene 30 mil agentes en la frontera con México, mientras que solo 125 policías mexicanos protegen los límites con Guatemala.</P>




La frontera de México con Guatemala es un territorio salvaje, donde narcotraficantes y contrabandistas de armas y personas campan por sus respetos, las avionetas cargadas con cocaína aterrizan a plena luz del día, la policía es ineficaz o corrupta y la población, abandonada secularmente por el Estado, ha decidido aceptar la protección de grupos criminales tan poderosos como Los Zetas. Una serie de cables muy minuciosos, elaborados sobre el terreno por diplomáticos de EE.UU. destinados en México y Guatemala, constatan que ninguno de estos dos países "trabaja seriamente para que se cumpla la ley" y que, mientras los 3.000 kilómetros de frontera entre EE.UU. y México son vigilados por 30.000 agentes norteamericanos (10 funcionarios por kilómetro), México solo cuenta con 125 agentes para los 1.000 kilómetros de la frontera sur (un policía cada ocho kilómetros). Hay una palabra que utilizan los diplomáticos estadounidenses para describir la situación de la "porosa" frontera: "Dramática".

"Desafortunadamente", dice el primer despacho de EE.UU. analizado por este periódico, elaborado por la embajada en ciudad de México, "nuestra visita a los tres pasos fronterizos entre Guatemala y México reveló que actualmente ningún país trabaja seriamente para que se cumpla la ley... Los oficiales mexicanos confirmaron repetidas veces que ellos no tienen los recursos humanos para dirigir los esfuerzos de manera efectiva a lo largo de la frontera sur". Los otros tres cables analizados, confeccionados por la embajada de Guatemala, contienen tantos detalles de los informantes que este periódico ha decidido no hacer público su contenido completo. Los diplomáticos enviados a la frontera de México con Guatemala visitan tres de los puntos más calientes: Playa Grande, Cobán y San Marcos.

"En Playa Grande, al oeste de la frontera de México", se explica en un telegrama, "las unidades del Ejército de Guatemala no tenían los recursos suficientes para combatir a los narcotraficantes que utilizan la zona como un punto de tránsito". La visita se produce en octubre de 2009. Los enviados de EE.UU. apreciaron que "las comunidades locales alrededor de Playa Grande estaban siendo pagadas por los narcotraficantes e impedían el acceso a los policías y militares (...). Pequeñas aeronaves de uno o dos motores vuelan regularmente a Guatemala, principalmente desde Venezuela, llevando más de 1.200 kilos de cocaína. Los narcotraficantes aterrizan en pistas clandestinas y descargan en, aproximadamente, siete minutos. Camiones ya situados en la pista de aterrizaje transportan la droga directamente a México y a los EE.UU. El ratio de éxito es casi del 100% cuando aterrizan de noche".

La delegación norteamericana constató que patrullar con eficacia las zonas fronterizas "es una hazaña casi imposible". Un alto mando local les explicó que existen 43 pasos de frontera "no oficiales", donde grandes camiones cruzan fácilmente de Guatemala a México sin ser detectados. De los ocho pasos fronterizos sí oficiales, solo cuatro están controlados por oficiales de frontera. "La falta de recursos en Playa Grande", concluye el informe, "es alarmante".

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