Nasa anuncia hallazgo de una forma de vida distinta a la que conocemos

<P>La bacteria encontrada en un lago de California es la primera que se reproduce en arsénico: un veneno para cualquier ser vivo.</P>




La búsqueda de vida extraterrestre en el siglo XXI ya no se trata de una discusión sobre creer o no creer, sino que de encontrar rastros en el espacio que puedan indicar la existencia de seres vivos en otros cuerpos celestes. La ruta hasta ahora ha sido sencilla: descartar todo planeta o satélite que no tuviera propiedades similares a los de la Tierra.

Pero un equipo de la Nasa se preguntó si en realidad era necesario tener un ambiente totalmente compatible con el nuestro. ¿La respuesta? No, según lo demostró el hallazgo de un ser vivo capaz de adaptarse y vivir completamente del arsénico.

Transformación vital

Hasta ahora se consideraba que para que hubiera condiciones para la vida en algún lugar, este debía tener seis elementos básicos: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo.

Pero el experimento, liderado por Felisa Wolfe Simon, comprobó que no era así, poniendo en jaque las actuales teorías biológicas. Los científicos se centraron en una bacteria descubierta en el año 2008 llamada GFAJ-1, que desde el comienzo llamó su atención por tener la particularidad de sobrevivir en un ambiente inhóspito para cualquier forma de vida: el lago Mono, en California, que tiene altas concentraciones de arsénico, un elemento tóxico para cualquier ser vivo, porque es capaz de debilitar los enlaces de las moléculas orgánicas al ingresar a ellas "disfrazada" de fósforo. Ya en esa ocasión, Ronald Oremland, uno de los autores del estudio, señaló que la bacteria encontrada posee "un nuevo tipo de fotosíntesis que promete reescribir la historia de la evolución".

Y eso es justamente lo que probaron en estos dos años. Tomaron muestras de la bacteria, le extrajeron el fosfato (esencial para cualquier forma de vida) y la dejaron en un espacio letal de arsénico puro para conocer su comportamiento.

La bacteria no sólo logró sobrevivir, sino que comenzó a adaptarse a y usar el elemento tóxico para alimentarse y construir partes de su estructura, incluso a nivel genético. Es decir, creció, se desarrolló y se reprodujo.

"Este descubrimiento desafía nuestras ideas convencionales acerca de los componentes básicos de la vida. Nos obliga a pensar fuera de la concepción habitual. Sabíamos que la receta para crear vida podía cambiar, pero no que uno de sus ingredientes se reemplazara por otro completamente", dice a La Tercera Ariel Anbar, coautor del estudio.

La investigación tiene implicancias importantísimas para el campo de la astrobiología: abre la posibilidad de encontrar otro tipo de seres vivos que subsistan en ambientes completamente diferentes al de la Tierra en el Universo.

Vida en otros mundos

Justamente, la posibilidad de encontrar vida en otros mundos generó expectación en los medios durante toda la semana e hizo que ayer la conferencia de prensa que realizaron los científicos en Washington, EE.UU., fuera seguida por millones de personas en internet y contara con miles de periodistas de todo el mundo.

La respuesta a esa inquietud la entregó Steve Benner, profesor de la Universidad de Florida presente en la conferencia, quien señaló que si en la Tierra las uniones creadas con arsénico son muy inestables, lo que explica que los organismos que se ven expuestas a él mueran, en otros ambientes estas podrían subsistir. "En Titán -una de las lunas de Saturno- es más posible que esta unión no sea tan inestable", señaló en su conferencia.

El caso de Titán es particular, ya que, según Patricio Rojo, astrónomo de la Universidad de Chile, este es el único satélite natural de nuestro sistema que posee una atmósfera y el primer cuerpo celeste con evidencia visual de que posee cuerpos estables de líquido. Sin embargo, estaba descartado como lugar para albergar vida como nosotros la conocemos, ya que su atmósfera tiene muchos metales pesados, lo que lo hace extremadamente hostil para la vida.

Sin embargo, este descubrimiento abre la puerta para encontrar vida en ese tipo de ambientes". Por ejemplo, en otra luna, Europa, donde se cree que hay un gran océano global, que aunque no sabemos qué condiciones (de salinidad, pH y temperatura) tiene, podría albergar vida".

La autora principal de la investigación, Felisa Wolfe-Simon, si bien no entregó ejemplos concretos sobre cuerpos celestes que deberían volver a ser evaluados, dijo que "si algo así en la Tierra puede lograr algo tan inesperado, quizás qué otras formas de vida existan que no conozcamos".

De allí que la investigadora Pamela Conrad, también presente en la conferencia, explicó que el nuevo desafío de las próximas misiones será medir moléculas orgánicas y del ambiente para conocer si hay alguna relación entre ellas. "Si bien ahora tendremos más ambientes como habitables, el problema es encontrar formas de vida que no se parecen a lo que conocemos normalmente".

Pero no sólo habrá que mirar más allá del cielo. Tito Ureta, profesor titular del Depto. de Biología de la U. de Chile, cuenta que en la Tierra sólo conocemos cinco mil de las 100 mil especies de bacterias que se estima que existen,y que "esto demuestra que para un mismo problema la naturaleza tiene varios caminos".

La proyección

Por supuesto que este descubrimiento deja abiertos muchos caminos para seguir investigando. Más allá del encuentro de vida en otros planetas, los científicos quieren saber si este proceso de sustitución funciona también con otros elementos tóxicos y que reemplacen componentes aparte del fosfato. "Podemos esperar más experimentos de este tipo dentro de los próximos 15 ó 30 años", dice Wolfe Simon.

La astrobióloga también dijo que esta nueva forma de vida podría utilizarse para crear nuevas formas de bio energía, ya que hasta ahora el fosfato era el elemento principal para crear fertilizantes y sistemas que fomentan el crecimiento, pero su disponibilidad es escasa.

Lo cierto es que más que un hallazgo, la Nasa ha abierto una ventana que antes se conocía, pero nadie había podido probar: la de que no solo es posible que haya vida allá afuera, sino que sea totalmente diferente a como estamos acostumbrados.

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