National Geographic: de Graham Bell a Rupert Murdoch
La famosa revista de divulgación científica, creada en 1888 por una sociedad integrada por el inventor del teléfono, fue vendida hace unos días al conglomerado mediático del polémico magnate australiano. La sombra del millonario, famoso por su escepticismo hacia el calentamiento global y por ser dueño de medios sensacionalistas y la cadena FOX ponen en duda el futuro de los altos estándares que han hecho famosa a la publicación.
En 1888, en una casona de Washington DC, Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono, decidió junto a otros 32 investigadores y exploradores establecer la Sociedad National Geographic (NGS), una organización sin fines de lucro guiada por la idea de que la ciencia, la exploración y la comunicación pueden cambiar e inspirar al mundo.
Bajo ese principio, la NGS solventó algunas de las investigaciones más importantes del siglo XX, como la excavación realizada en 1912 por Hiram Bingham en la ciudad perdida de Machu Picchu y la expedición que permitió ubicar al Titanic en 1985. También diseñó un grupo mediático que hoy incluye al canal televisivo National Geographic y la famosa revista del mismo nombre, que a comienzos de septiembre fue vendida al conglomerado mediático 21st Century Fox del controvertido magnate de medios Rupert Murdoch.
La revista nació el mismo año que la NGS y desde entonces se ha publicado sin interrupciones. En un inicio sus tapas eran marrones, no tenía fotos y sus titulares eran del estilo "Métodos geográficos en la investigación geológica". El cambio hacia el colorido formato actual, conocido por sus espectaculares fotos que ilustran desde crisis ambientales hasta artículos sobre exploración espacial, se gestó con la llegada del editor Gilbert Grosvenor en 1899. Él creía que la revista debía pasar a ser un vehículo que desplegara "la verdad viviente y llena de interés humano sobre este gran mundo".
Durante los ochenta, la revista llegó a su peak de circulación con 12 millones de copias sólo en Estados Unidos. Sin embargo, debido a factores como la aparición de internet empezó a decaer y, pese a que hoy se publica en 40 idiomas, tiene 3,5 millones de suscriptores en el país del norte y otros tres millones en países donde no se habla inglés. Según The Washington Post, este declive fue acompañado por una progresiva caída en la publicidad que terminó en su venta: a cambio de 725 millones de dólares, la NGS traspasó no sólo su revista sino que el canal, mapas, medios digitales y otros recursos a una sociedad con fines de lucro llamada National Geographic Partners, controlada en 73 por ciento por el grupo 21st Century Fox, dueño del estudio de cine 20th Century Fox, la cadena televisiva Fox y el canal Fox News.
Este grupo ya se había aliado con la NGS en 2001 para lanzar el canal de la Sociedad en Estados Unidos, pero esta adquisición es mucho más profunda. De cierta forma, 21st Century Fox es el hermano más visual de News Corp, otra división creada por Murdoch y dueña de medios bastante respetados como el Times de Londres o The Wall Street Journal. Pero además posee publicaciones muy sensacionalistas que se han visto envueltas en escándalos que hacen temer por el futuro de la revista National Geographic. Es lo que ocurrió en 2011 con el diario News of The World, que debió ser clausurado tras revelarse un hackeo telefónico propiciado por el propio periódico y que afectó a miembros de la familia real británica.
Al ser consultada por la compra, la NGS explicó desde Estados Unidos que "esto duplicará nuestra inversión en una amplia gamas de programas de investigación y educación" y que no habrá cambios en su "compromiso con los estándares editoriales más altos ni en la interacción con el mundo científico". Pese a estas palabras y a que la NGS controlará el 27 por ciento del nuevo grupo, la suspicacia es generalizada ante la presencia de Rupert Murdoch, quien, por ejemplo, ha declarado abiertamente que sospecha de la existencia del cambio climático. "El mundo se está volviendo más verde con la mayor presencia de dióxido de carbono. Treinta años de evidencia satelital. Los bosques crecen más rápido y más frondosos", ha dicho para provocar aún más.
Incluso, Rachel E. Gross, redactora del portal Slate.com, se preguntó: "¿El nombre National Geographic seguirá siendo señal de la misma sensación de belleza, asombro y rigor científico ahora que le pertenece a una de las mayores empresas de entretenimiento del mundo?". Robert Poole, editor ejecutivo de la revista hasta 2001 y autor del libro Casa de exploradores: National Geographic y el mundo que creó, señala que una de las claves del prestigio de la revista es, precisamente, su independencia que le permitió emprender aventuras arriesgadas como enviar fotógrafos junto a la primera expedición estadounidense que conquistó el Everest en 1963 o documentar los viajes submarinos de Jacques Cousteau.
"Debido a este arreglo con Fox, la revista ya perdió el respeto que inspiraba como plataforma para promover la ciencia. Fox tendría que contenerse bastante para entregar 725 millones de dólares y luego no asumir el control. Pero también hay que decir que James Murdoch y no su padre es quien dirige hoy el grupo. Él es conservador pero se dice ambientalista y maneja un auto híbrido", afirma.
El fantasma de Fox
La disparidad entre la política editorial de la revista y la cobertura científica de otras empresas de Murdoch como el canal Fox News parece inevitable. La cadena noticiosa ha sido criticada por darle cabida a los partidarios del creacionismo y por incidentes como el ocurrido en 2013, cuando el comentarista del canal Erick Erickson dijo que era "anti científico" rechazar la idea de que los hombres tienen el mandato biológico de comandar una familia.
Pero más que eso se teme un fenómeno similar al experimentando por el canal National Geographic, que más allá de programas como Cosmos tiene espacios que no son bien vistos en la NGS y la revista: "Series como Preparados para el fin del mundo (sobre gente que se alista para crisis apocalípticas) o Vacaciones Accidentadas (que relata viajes terroríficos) han probado ser populares pero incomodan a la organización porque no se parecen en nada a los sofisticados artículos y fotos de la revista", señaló The Washington Post.
"Vi las entrevistas en las que representantes de National Geographic aludían a la relación televisiva con Fox como prueba de que los estándares de la NGS se mantendrán en la nueva alianza. Cualquiera que crea eso no ha visto el canal. Gran parte de su programación ya está destruyendo la reputación de la NGS. Un vicepresidente del canal describió sus realities como 'antropología contemporánea'. Él sabía que eso no es verdad", afirma el documentalista Michael Parfitt, colaborador de National Geographic. Él cree que vendrán uno o dos años de cambios menores en la revista "seguidos por un colapso en la rigurosidad científica y el reporteo de calidad". Para el realizador, esta transformación se manifestará al principio con historias "enfocadas en celebridades pero que suenan como ciencia" o contenidos tipo crímenes verdaderos "que parecen ser periodismo fidedigno, historias que atraen a las mismas audiencias que el canal. La decadencia real vendrá después".
Estos temores son similares a los que se produjeron en 2007, cuando el grupo de Murdoch asumió el control del diario The Wall Street Journal, uno de los más influyentes del mundo de los negocios. Sin embargo, hasta ahora ese medio sigue teniendo un alto estándar de calidad, por lo que algunos expertos creen que el cambio para la revista National Geographic no será tan dramático. "Cuando Murdoch compró The Wall Street Journal se produjo un enorme escándalo y tumulto, pero bajo su control el periódico se ha vuelto mucho más fuerte de lo que era antes de ser vendido", indicó Joseph Campbell, profesor de comunicación de la American University al diario The Guardian.
Además de la revista, también se cree que el grupo Murdoch podría imponer sus intereses en la faceta filantrópica de la NGS, que cada año financia más de 300 proyectos de investigación. Entre los científicos beneficiados están, por ejemplo, los antropólogos Louis y Mary Leakey, quienes hallaron fósiles claves para el árbol evolutivo humano. Desde la NGS aseguran que estos programas seguirán siendo independientes, pero según Parfitt cualquier beca "otorgada por NGS-Fox va a ser como un diamante de sangre. Mientras una parte de la organización siga corroyendo la ciencia y la educación de millones de personas, cualquier fondo otorgado va a estar manchado". T
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