Newport, el balneario de la Edad Dorada estadounidense
<P>Entre Boston y Nueva York, el que fuera balneario favorito de los millonarios del 1900, hoy luce con orgullo su elegancia. Verdaderos castilllos convertidos en hoteles y museos invitan a gozar de sus tranquilas playas.</P>
Aunque hace algún tiempo dejó de ser el balneario favorito de los norteamericanos de la costa este, en Newport aún se respira una atmósfera a nobleza y refinamiento de principios del siglo XX, y sus mansiones siguen siendo los testigos silenciosos de la era más majestuosa que se tenga recuerdo en la historia americana, la Edad Dorada. Pero no es coincidencia que la aristocracia estadounidense haya elegido este balneario como su refugio estival, sus playas, encantadores paisajes e increíbles vistas al océano se disfrutan en cualquier época del año.
No sólo la arquitectura y la elegancia han hecho que este pueblo costero sea digno de visitar. Los amantes del deporte y la navegación, también encontrarán aquí más de una manera de entretenerse, debido a que Newport alberga el club de golf más antiguo y prestigioso de Estados Unidos, además de ser, por décadas, la casa oficial de la Copa América, la regata más importante del mundo, lo que hace que hoy se le conozca como la capital mundial de la navegación.
Majestuosa arquitectura
Fundada en 1639, Newport posee la mayor concentración de arquitectura colonial de todo Estados Unidos. Sin embargo, lo que más llama la atención son las mansiones de Bellevue Avenue, a las que se puede acceder a través de un tour, en auto o simplemente caminando. Algunas han sido transformadas en museos y están abiertas al público, otras aún se mantienen como propiedad privada. También, hay muchas mansiones y casas coloniales que hoy son hoteles boutiques y pequeños "historical inns".
La alta sociedad americana llegó a esta localidad portuaria escapando del calor de Filadelfia y Nueva York. Los Vanderbilt, los Astor y otras familias aristocráticas, las que siguen teniendo gran poder económico en el país, construyeron aquí sus mansiones tratando de emular a los grandes palacios europeos. Bailes de debutantes, sirvientes y banquetes recibieron a lo más granado de la sociedad de la época. Aunque Newport continuó siendo el balneario por excelencia de los ricos neoyorkinos por bastante tiempo, de hecho John F. Kennedy y Jacqueline Bouvier, se dieron el sí, en 1953, en la iglesia St. Mary.
The Breakers (foto con nieve) es la más grande y famosa de las mansiones. Tiene más de 70 habitaciones y salones que transportan a otra época, es una parada indiscutida. The Elms, con sus impresionantes jardines; The Marble House, inspirada en el Petit Trianon de Versailles; y Rosecliff, set de muchas películas (casa blanca de la izquierda), también merecen una visita.
Al aire libre
Otro de los atractivos de la zona es el Cliff Walk, siete kilómetros de acantilados que van recorriendo la mayoría de los frontis de las mansiones. Tiene algunas partes por las que es más peligroso caminar, por lo que se aconseja llevar buenos zapatos. Toma unas tres horas recorrerlo completamente, pero también se puede hacer por zonas. El mejor lugar para caminar y apreciar las lindas vistas al mar, es desde Narragansett Avenue hasta Ruggles Avenue que toma aproximadamente 20 minutos y en la mayoría de los mapas están bien señalizadas las entradas.
Si es que tiene la suerte de visitar Newport en verano, debe pasar por sus playas. Existen playas públicas que cuentan con restaurantes, camarines y estacionamientos, como Easton Beach, la más grande de la zona, y Sachuest Beach, muy buena para hacer surf. Pero si lo que prefiere son playas más retiradas, no dude en visitar Gooseberry Beach o Bailey's Beach, a la que solo se puede llegar en bicicleta o a pie. Aunque si lo suyo definitivamente no es la arena, es muy aconsejable tomar un pequeño crucero por la bahía, se pueden tomar por la mañana o en la tarde para ver la puesta de sol, en el puerto puede encontrar distintas alternativas.
recorriendo
Un corto trayecto en auto o una parada en taxi acuático lo dejarán en Fort Adams, la fortificación costera más grande de Estados Unidos y que albergó por más de cien años a parte de las tropas norteamericanas. Hoy ha sido transformado en museo y centro de eventos, pero no dejan de impresionar sus vistas, su ingeniería y su sistema de túneles.
De vuelta en la ciudad, no deje de visitar Bannister´s Wharf, emulando un pequeño pueblo colonial, aún alberga antiguas construcciones de ladrillo rojo. En este muelle, se pueden encontrar muy buenos restaurantes, boutiques y entretenidas tiendas de antigüedades. Además, los amantes de la navegación se verán atraídos por su gran marina. Cerca encontrará Thames St., la principal calle comercial de Newport.
No se puede ir de la zona, sin antes haber probado una de sus famosas langostas, las que se pueden encontrar en casi todas las cartas de los restaurantes o si las prefiere más frescas en la caleta del balneario. Otro plato típico de la zona es el clam showder, una sopa de almejas, que para los días fríos es simplemente excelente.
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