Newton: el pionero de las tabletas que fracasó hace 20 años
<P>El aparato de Apple salió a la venta el 3 de agosto de 1993 y ya poseía tecnologías como pantalla táctil y asistencia guiada por voz. Fue víctima de un diseño acelerado y terminó siendo un fiasco, pero fue el primer atisbo de lo que sería el iPad y sus sucesores.</P>
Durante los primeros días de agosto, el campus de la empresa Apple en Cupertino (EE.UU.) fue escenario de una particular reunión. Cerca de 150 expertos que participaron en el desarrollo del Newton MessagePad, el primer experimento de la empresa en el mercado de las tabletas y que se lanzó hace 20 años, se dieron cita para conmemorar un producto que, si bien fue un fiasco financiero, pavimentó el camino para el exitoso iPad y todas las tabletas que le siguieron.
La idea había sido concebida en 1991 por los investigadores Michael Tchao y Steve Capps, quienes convencieron al entonces presidente de Apple, John Sculley, de permitirles construirlo. Fue el ejecutivo quien acuñó el término PDA para referirse al dispositivo, ya que buscaba operar como un "asistente digital personal" que manejara las direcciones, contactos y calendarios del usuario, además de su propia versión de lo que hoy los usuarios conocen como apps (la alusión a Newton ya había aparecido en el primer logo de la empresa, usado brevemente en 1976 y que mostraba al científico sentado bajo un árbol y con una manzana a punto de caer sobre su cabeza).
Benj Edwards, experto en historia de la computación, señala en una columna publicada en Macworld.com que el aparato pretendía ser el sustento de un nuevo mercado de PDAs, término que Apple "acuñó para referirse a computadores portátiles que operaban como un complemento móvil y no como un reemplazo del PC de escritorio". De acuerdo con Edwards, Apple veía a estos aparatos como secretarias de bolsillo y como comunicadores, al incorporar "libreta de notas, guía de direcciones y capacidades de enlace a través de módems y sistemas de transmisión infrarrojos de corto alcance".
Aunque era bastante costoso para la época (valía US$ 699, equivalentes a casi US$ 1.129 actuales) expandió al máximo las capacidades tecnológicas de aquellos años. El aparato, de medio kilo y del tamaño de un videocasete, no tenía teclado pero sí operaba con una pantalla táctil y un lápiz especial que permitía ingresar el texto: "Era una función futurista que cautivó la imaginación del público cuando fue publicitada por la oficina de marketing de Apple antes del lanzamiento, pero que no estuvo a las alturas de las expectativas cuando el aparato llegó al mercado", escribe Edwards.
Otra de las funciones más adelantadas a su época fue el Newton Assistant, que operaba como un precursor de texto del asistente de voz Siri que hoy funciona en los celulares iPhone. Al escribir en la pantalla, los usuarios podían preguntar cómo realizar mediante comandos una amplia gama de tareas, como imprimir documentos, enviar faxes y concordar citas. "Quizás porque nuestros jefes nos inspiraban o porque la tecnología era tan mágica, estábamos sumamente comprometidos con el proyecto. Fue ese ambiente guiado por el lema de "nunca decir nunca"el que hizo que todo fuera posible", explicó Vikki Pachera, una de las integrantes del equipo Newton, al diario Daily Transcript.
Camino al fracaso
Un año antes del lanzamiento, John Sculley se ufanaba del concepto del reconocimiento de escritura del Newton. "Esta opción fascinó a los medios, que no dudaron en calificarla como el futuro de la computación", explica Edwards. El problema es que tras anunciar sus planes para el aparato, varias empresas rivales empezaron a diseñar equipos similares, lo que causó pánico en Apple y activó un diseño acelerado que redundó en el lanzamiento de un producto incompleto e imperfecto. "Al salir al mercado, el publicitado reconocimiento de escritura tenía un rendimiento bastante pobre. El software intentaba identificar las palabras del usuario, pero usualmente fallaba y producía frases incomprensibles. Los críticos atacaron la función y pronto fue objeto de burlas incluso en series televisivas como Los Simpsons", señala el columnista de Macworld.
Apple vendió 50.000 Newton MessagePad durante sus primeros tres meses en el mercado, por lo que era claro que las expectativas de ventas de un millón de unidades en su primer año no se iban a cumplir. Si bien Apple celebró en un comienzo los 50.000 aparatos vendidos, los ejecutivos estaban decepcionados y el directorio pidió la salida de Sculley a fines de 1993 y el modelo original fue descontinuado en marzo de 1994.
Para los nostálgicos, en Ebay se pueden conseguir distintos modelos del Newton MessagePad, algunos por el mismo precio que la popular tableta Nexus 7 de Google, un familiar lejano del primer PDA.
De acuerdo con Benj Edwards, la clave en el fracaso del Newton fue su carencia de conectividad. "Hoy los aparatos móviles con pantallas táctiles tienen una oferta casi interminable de software listo para el consumo que se distribuye mediante una red de transmisión inalámbrica, ya sea celular o Wi-Fi, que es casi omnipresente", explica el analista.
En este contexto, el método de ingreso de información, ya sea un lápiz especial o los dedos, se ha vuelto irrelevante mientras exista contenido y la transmisión de textos, videos y fotos sea fluida. "Los ingenieros de Apple y sus ejecutivos previeron la necesidad de tener una conectividad sólida durante el diseño del Newton, pero la infraestructura y la tecnología simplemente no existían. En cierto sentido, el MessagePad llegó demasiado temprano a su propia fiesta", afirma Edwards.
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