"No quiero generar falsas expectativas"
<P>En Chile, la triatleta aterriza sus opciones para Londres 2012.</P>
"Esto ha ocurrido demasiado pronto. Todavía me queda muchísimo por aprender". El 12 de abril de este año, Bárbara Riveros (23 años) escribió un mail a sus cercanos para compartir sus sensaciones sobre su primer triunfo en el circuito internacional de triatlón. Fue en Australia, país en que vive, y el mismo que en su momento la tentó con nacionalizarse. Allí la chilena derrotó a la local Emma Moffatt, medallista olímpica y una de sus referentes, pero en su carta insistió en que "no hay que bajar la guardia".
A Riveros no le gusta ser vista como una de las cartas olímpicas de Chile para Londres 2012. Siente que aún le falta mucho para llegar a la cima de su rendimiento y no quiere ser una deportista de esas que explotan pronto y se desvanecen rápido. "Pasó muy temprano. Mis cercanos esperaban algo así como en cinco años más", cuenta.
Aunque está de vacaciones, la número 11 del ranking ITU no ha olvidado su entrenamiento. Por las mañanas acude al Club de Patricio Cornejo para no perder el ritmo de trabajo, que incluye tres sesiones diarias, de casi dos horas, que comienzan a las seis y media de la mañana. Tras dos años de entrenamiento en Australia, bajo la tutela de Darren Smith, Riveros comenzó a cosechar grandes resultados: cuatro medallas (dos de oro) en los Juegos Sudamericanos de Medellín 2010 y dos podios en las primeras fechas del circuito ITU, que le dieron la chance de liderar el ranking mundial por tres meses. Sin embargo, la ex deportista de la UC tiene otras metas: "No me interesan ni los resultados ni las medallas. Mi objetivo es seguir mejorando mi natación y bajar esos 40 segundos que doy de ventaja. Hay que entender el proceso".
Quienes la conocen, su familia y ex entrenadores, comentan que prefiere trabajar en silencio. A Riveros no le gusta que se hable mucho de ella y no se siente cómoda con las entrevistas, aunque sabe que es parte de su trabajo. "Soy de bajo perfil. No me gusta hablar de mí", confiesa. Por esta razón, no quiere que su campaña genere mucha bulla.
¿Se siente presionada porque en Chile mucha gente la vea como posible medallista olímpica?
No lo siento como presión, pero soy súper realista. No quiero generar falsas expectativas. ¿De adónde los periodistas sacan el criterio de que uno puede ser medallista? Eso es falso. Los Odesur no son lo mismo que los Juegos Olímpicos. Hay gente que se pregunta qué pasó en la segunda parte del año, cuando no se dieron los mismos resultados. No pasó nada, seguí trabajando constantemente.
¿Cuesta mucho mantener la misma motivación cuando los resultados llegan temprano?
La actitud es lo importante. Hay que ser ordenado y mantener la pasión, cuando los sueños se empiezan a hacer tangibles. No se debe perder ese espíritu de lucha, de mirar los objetivos con la misma determinación.
Londres sigue siendo la meta de Riveros a mediano plazo, pues aunque no vaya con expectativas de medalla, ya se impuso entrar al top 10. Para ello, cuenta con el apoyo de ADO Chile, que hasta este año aportaba $ 25 millones, y con el de su mánager estadounidense, Michael O'Neill, encargado de administrar su imagen y buscar auspicios.
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