Nos mintieron: elegir pareja es una tarea tan emotiva como racional
<P>Por años creímos que la elección de la media naranja era puro corazón. Pero no. Al buscar una pareja usamos la emoción y la razón en la misma medida.</P>
POR siglos la ciencia ha buscado dar con una solución al clásico dilema: cerebro o corazón. Y en ese empeño han surgido teorías que han apoyado una u otra postura. Pero ahora, un equipo de sicólogos de la Universidad de Ohio, Estados Unidos, examinó la influencia de estas dimensiones en facetas antagónicas como elegir departamentos en un campus universitario (racional) y pareja para un noviazgo (emotivo).
Y los resultados fueron llamativos. Se demostró que -contrario a lo que nos llevan diciendo por años los teóricos, las teleseries y Disney- el amor no es una decisión insensata amparada en la química, como dicen las canciones de Robbie Williams o Emmanuel. No. De hecho es al contrario: elegimos nuestra pareja utilizando la razón y la emoción en igual medida. No así cuando debemos escoger un departamento, donde el balance entre ambos factores tiende a romperse con mayor facilidad.
¿La explicación?: si usted debe elegir entre cinco personas para que sean su pareja y las evalúa considerando aspectos emotivos (del tipo "me gusta", "me trata bien", "me entretiene") y racionales (tales como "tiene un buen sueldo" o "pertenece a una buena familia") probablemente llegará a una evaluación en que ambos aspectos tienen un nivel muy similar de preponderancia.
Algo distinto ocurre a la hora de elegir una adquisición como un departamento. Si se hace el mismo ejercicio pero con cinco departamentos, considerando lo emotivo ("es lindo", "me recuerda mi hogar de la niñez") y lo racional (el precio, la cercanía con mi lugar de estudio o trabajo) los resultados de la elección tienden a desbalancearse con mayor facilidad. ¿El departamento que le gusta es lo que siempre ha buscado, pero al averiguar el precio se le va el habla? Entonces, el frágil equilibrio se rompe y lo racional se impone.
"Fue sorprendente ver que las evaluaciones emocionales y cognitivas coincidieron con mayor igualdad en el contexto de elegir parejas que al elegir departamentos", dice a Tendencias Claudia González-Vallejo, coautora del estudio.
Para comprobarlo el equipo de la U. de Ohio les pidió a estudiantes universitarios que jerarquizaran sus elecciones considerando los dos prismas diferentes. Para evaluar las respuestas, usaron una técnica de evaluación recomendada por economistas y analistas de decisiones y llamada "Teoría de la utilidad multi-dimensionada". Bajo este criterio, cada aspecto de una opción se califica antes de tomar la mejor decisión. Los voluntarios puntuaron cada alternativa usando una escala de uno a 10 y las posicionaron según interés.
Una explicación para este fenómeno, dicen los investigadores, es que al analizar posibles parejas las emociones son más básicas e instantáneas, por lo que las respuestas no varían al responder con el corazón versus lo que eligen con la cabeza. En cambio, cuando se evalúan objetos hay más dimensiones implicadas: lo emocional (me gusta, es lindo o me recuerda mi niñez) y lo racional (es muy caro o queda lejos de todo).T
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