Obra de Cézanne se vende en US$ 250 millones y supera récord de Pollock

<P>En una operación privada, el emirato de Qatar compró <I>Los jugadores de cartas</I> en 2011. </P>




Dos hombres sentados a la mesa jugando cartas. La escena obsesionó a Paul Cézanne por al menos cinco años. Empezó con los primeros bocetos en 1890 y, después de varias pinturas preliminares y viajes de Suiza a Francia, terminó con una serie de cinco cuadros: Los jugadores de cartas se convertiría en algo así como la piedra Rosetta de todo su trabajo. Obras clave del posimpresionismo también son algunas de las más importantes del arte contemporáneo. Y ahora una de ellas es la pintura más cara de la historia: la tercera versión, un óleo de 97 por 130 centímetros, fue vendida por 250 millones de dólares.

Según informó la revista Vanity Fair, la venta se hizo efectiva en 2011: en una agresiva jugada para ingresar a la ruta de las grandes capitales artísticas, el emirato de Qatar desembolsó la enorme suma en una transacción privada. La operación tuvo un efecto adicional: el precio pagado es casi el doble por que el que hasta hoy era considerado como el más alto por una pintura.

Hasta ahora, el récord lo ostentaba el cuadro Nº 5, de Jackson Pollock, vendido a fines de 2006 por el magnate David Geffen al coleccionista mexicano David Martínez, por 140 millones de dólares. Antes del Pollock, el más caro era Mujer III, de Willem de Kooning, vendido pocos meses antes, de forma privada, en 137,5 millones de dólares.

Precursor del cubismo y considerado por Picasso como "el padre de todos nosotros", Cézanne estaba en su llamada madurez cuando pintó Los jugadores de cartas. La serie es, de hecho, la apertura a su período más célebre. Las pinturas están repartidas entre el Museo de Orsay, el Metropolitan de Nueva York, el Courtauld Institute de Londres y en la Fundación Barnes de Pennsylvania. La única en manos privadas era la recientemente vendida.

Por años, la tercera versión de Los jugadores de cartas fue la más preciada pieza del magnate griego George Embiricos, quien rara vez la prestó para exhibición. Ni hablar de venderla. Pero Embiricos falleció el año pasado y sus herederos pusieron en marcha la venta. US$ 220 millones habría llegado a ofrecer el marchante William Acquavella. Luego apareció la familia real de Qatar, con su cuarto de billón de dólares.

Siguiendo el rumbo de Abu Dhabi, donde en 2014 se inaugurará una sede del Museo Louvre, el emirato de Qatar pretende entrar al exclusivo club de naciones coleccionistas. Dinero no falta: la obra de Cézanne posiblemente estará en el Museo Nacional de Qatar, que en dos años más reabrirá, tras una remodelación a cargo del célebre arquitecto Jean Nouvel. Ahí, el Cézanne compartirá con obras de Warhol, Rothko y Demian Hirst, entre otros.

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