¿Orgulloso de sus logros? Depende, todo depende

Los que tienen hijos o un auto, en comparación con quienes no tienen ninguno de los dos, se sienten mucho más orgullosos de lo que han conseguido en la vida. Curioso, ¿no? Más curioso aún, si se tiene en cuenta que es casi lo único en que no importa si el que está detrás de ese orgullo es un hombre o una mujer... En todo lo demás sí importa, y tanto, que marca la diferencia según el estudio Trend Global Synovate 2010, Chile, realizado por Synovate, empresa de investigación de mercado que bajo la pregunta "¿Se siente orgulloso(a) de sus logros?" obtuvo como resultado que sólo el 37% de los encuestados hombres declarara sentirse orgulloso de lo que ha conseguido en la vida, mientras más de la mitad de las encuestadas, el 58% de ellas, dijo que sentía lo mismo.

En esa misma línea, la investigación constató que mientras ellas están más enfocadas en logros de autosatisfacción, ellos además relacionan esas mismas metas al reconocimiento social. Por eso mismo, en los hombres, sentir mayor orgullo por lo obtenido está asociado a dimensiones como el estatus, algo que para las mujeres no tiene ninguna relación. Sin embargo, ambos sexos coincidían en que el orgullo también tenía relación con áreas de placer, como disfrutar siempre lo más que se pueda, hasta aspectos de seguridad vinculados principalmente con la familia.

"Las dimensiones de placer o seguridad son igualmente importantes para ambos géneros. Estas áreas están más relacionadas con las necesidades más básicas e instintivas; son menos culturales. La dimensión del logro y estatus, en cambio, es más social. Es decir, para sentirse orgulloso el hombre necesita reconocimiento. La mujer está más centrada en la autosatisfacción. Ellos tienen mayores exigencias y áreas por satisfacer", dice Claudio Apablaza, sociólogo y gerente comercial de Synovate Chile.

Exigencias masculinas

No es que los hombres sean más pesimistas que las mujeres. Según los especialistas, si la evaluación es más negativa, sólo tiene relación con la crianza diferenciada que reciben tanto ellos como ellas, la cual está marcada, nuevamente, por las distinciones de género: "En el proceso de aprendizaje se transmite a los hombres que deben ser más fríos al mundo afectivo. Entonces, al evaluar sus logros, lo hacen sólo con los materiales y no en los individuales. Las mujeres evalúan de forma más integrada", dice Fernando Urra, sicólogo clínico y académico de la Universidad Central.

Pero, además, a cada uno se le enseña lo que "debe" lograr en la vida: que, en el caso de los hombres, las exigencias están relacionadas con el poder y estatus.

"En ellos se tiende a estimular bastante la competitividad desde niños. Está pensado que los logros masculinos están más ligados a la obtención de poder, de los símbolos de poder social. La sociabilización de la mujer, en cambio, está más enfocada en logros que tienen que ver con la construcción familiar o una profesión, pero para ella, no para los demás. Por ejemplo, para una mujer puede ser un logro ser independiente, pero para el hombre es un deber", dice Paula Sáez, sicóloga y académica de la Universidad Diego Portales.

En el estudio, por ejemplo, los hombres que trabajan tiempo completo tienen un promedio de 6,14 (siendo 7 la nota máxima) de orgullo con respecto a lo que han logrado en su vida. Mucho mayor que el 5,56 de promedio de orgullo en hombres que trabajan media jornada. Una diferencia que no es significativa entre las mujeres. Lo mismo ocurre en cuanto a la vivienda. Los que tienen casa propia se sienten mucho más orgullosos de lo logrado que los que arriendan. Y los casados, a diferencia de los solteros, siguen la misma línea. Sin embargo, en el caso de las mujeres, el estado civil no es motivo de sentirse más o menos orgullosa.