Pablo Moyano, fuerza de choque contra el gobierno

Fue Hugo Moyano, titular de la poderosa Confederación General del Trabajo de Argentina (CGT) quien provocó que su hijo Pablo abandonara el colegio secundario a mitad de camino. Y lo puso a trabajar para que se fogueara con el sindicalismo. Así lo hizo Pablo, quien hoy, a los 41 años, además del número dos de su padre en el sindicato de camioneros, es quien más ha influido en la ruptura del cacique sindical con los Kirchner.

En los últimos días, el primogénito de los siete hijos de Moyano ha sido la fuerza de choque en la guerra de este clan con el gobierno.

Con uno fallecido, dos hijos de Moyano se destacan en política: Pablo y Facundo, diputado por el oficialista Frente para la Victoria. Pero es Pablo el "favorito". Así lo dijo a La Tercera Emilia Delfino, coautora de El hombre del camión, la biografía de Moyano. "Pablo comparte con su padre la personalidad, pero es de otra generación. Es de barricada. Tiene otros modos y otra formación política. El no maneja códigos como su padre, va al choque con políticos y con los empresarios, porque no le gusta negociar". Otros lo tildan directamente de "barra- brava". Pero esos modos son los que también le infunden respeto entre los suyos. El miércoles, cuando se produjeron incidentes con la Gendarmería que trataba de despejar unas barricadas a los camiones con combustibles, estaba físicamente en la primera línea de fuego. En el entorno de Pablo también se oyeron recriminaciones contra Facundo, a quien tildan de "blando". De 27 años, protagonista de algunos episodios policiales, Facundo es hoy el Moyano más proclive a no romper con el gobierno. Los hermanos tienen una relación distante y hasta han competido por la cantidad de afiliados a sus respectivos gremios, cuando Facundo estaba con los trabajadores del peaje.

El año pasado murió la segunda esposa de Pablo, Patricia Villares. La enterraron a la velocidad de un rayo y sin autopsia. La familia sólo informó que había muerto por una descompensación tras una cirugía estética. Desde entonces, a Pablo se lo ve más reposado. Se ocupa personalmente de sus tres hijos, el menor, de Villares. Y su vida transcurre entre la familia y el gremio.