Pakistán expresa "ira" a EE.UU. tras ataque de la OTAN
<P>Militares afganos habrían pedido el bombardeo donde murieron 24 soldados paquistaníes.</P>
La relación entre Washington e Islamabad está viviendo uno de sus más delicados momentos tras los bombardeos de la OTAN, que el sábado mataron a 24 soldados paquistaníes. Así lo hizo ver ayer la ministra de Relaciones Exteriores de Pakistán, Hina Rabbani Khar, quien le expresó a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, que el ataque fue "inaceptable", que demostró un "completo desprecio" hacia la vida humana y desató la "ira" dentro de Pakistán. Según la Cancillería paquistaní, Clinton manifestó sus condolencias por el hecho y prometió que su país trabajará con Islamabad mientras la OTAN realiza una investigación.
De hecho, el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, calificó ayer de "trágico incidente no intencionado" las muertes de los soldados. "He escrito al primer ministro de Pakistán para dejar claro que las muertes de personal paquistaní son tan inaceptables y deplorables como las muertes de personal afgano o internacional", señaló.
Por su parte, autoridades de Afganistán citadas por la agencia AP dijeron que militares de ese país que fueron atacados cerca de la frontera con Pakistán fueron quienes solicitaron el bombardeo de la OTAN. Estas fuentes dijeron que no está claro qué bando atacó a los efectivos afganos, pero dijeron que el fuego procedía de la dirección de los puestos fronterizos que luego atacó la OTAN. En la zona en la que estaban los efectivos afganos hay tanto fuerzas paquistaníes como rebeldes islámicos. El Ejército paquistaní afirma que no hubo provocación y que no había actividad insurgente cerca de los puestos fronterizos en la zona de Mohmand.
Tras el ataque, Islamabad cerró su frontera a los camiones que transportan suministros a los efectivos de la coalición en Afganistán -alrededor de 300 de estos vehículos estaban ayer varados en la zona- y exigió a EE.UU. que desocupe en 15 días la base que utiliza para las operaciones de aviones robot.
Por su parte, ayer el general en jefe del Ejército paquistaní, Ashfak Pervez Kayani, asistió a los funerales de las víctimas, mientras se realizaban manifestaciones antinorteamericanas en ciudades como Karachi y Lahore.
La relación entre EE.UU. y Pakistán se agravó desde la operación secreta con la que Estados Unidos mató en mayo al líder de la red terrorista Al Qaeda, Osama bin Laden, en Abbottabad, donde funcionaba una guarnición militar paquistaní. De acuerdo con los analistas, EE.UU., el mayor donante de ayuda militar a Pakistán, teme un doble juego del Ejército, por un lado como aliado en su lucha contra el extremismo y, por el otro, apoyando en secreto a insurgentes talibanes.
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