Patrimonio arquitectónico I
<br>
Señor director:
A propósito de la publicación en este diario de una foto de la destruida casa patronal de la Hacienda de Aculeo, propiedad de mi abuelo José Letelier y de su hermana Marta, quisiera reivindicar la importancia patrimonial y cultural que representaron estas construcciones para la historia de nuestro país.
Si bien muchas de estas casas se derrumbaron tras el terremoto de 1985, quedaron otras tantas en pie, conservando los recuerdos de un Chile rural y patriarcal más reposado, sobrio y señorial. La fuerza del cataclismo terminó con construcciones de inmenso valor arquitectónico y patrimonial, en cuyas paredes se almacenaba parte importante de nuestra historia.
La casa patronal de la hacienda Aculeo fue construida en 1860 y, junto a otras casas similares, instauró un régimen de vida que forjó el alma de nuestro país entre los albores de la república y la reforma agraria de la década de los 60. En base a estas casas se crearon pueblos, se practicó y propagó la fe católica, se instituyeron tradiciones folclóricas y, en definitiva, se desarrolló un estilo de vida en donde las labores agrícolas y el inquilinaje constituían el principal sostén de una parte importante de nuestra sociedad.
A pesar de los esfuerzos que se emprenderán para la reconstrucción, es evidente que con este derrumbe se desvanece un Chile que sólo será recordado en las novelas costumbristas y en los textos de historia. Para quienes tuvimos la suerte de vivir allí, y con el debido respeto por las verdaderas víctimas de este terremoto, la catástrofe de febrero liquidó un mundo de recuerdos que para muchos será difícil poder recuperar.
Nicolás Mena Letelier
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.