Paul Anka pasa sus vacaciones en Santiago y come con Lucho Gatica
<P>Una de las estrellas de Viña llegó a la capital el miércoles y ha aprovechado para pasear con su hijo. Ayer se juntó con el bolerista y un viejo amigo chileno.</P>
Ni arrasar en Viña ni empaquetar todos los trofeos posibles. Paul Anka llegó este domingo a Chile con un plan en su agenda: pasar unas breves vacaciones en Santiago junto a su hijo Ethan (4) y disfrutar los pocos días que pueden pasar juntos, luego de la batalla por el divorcio que hoy lo enfrenta con su ex mujer. Por eso, el pasado miércoles en la mañana -y luego del gran show de la primera jornada festivalera y de su presentación en el casino de la Ciudad Jardín un día después-, el canadiense partió hasta el hotel Sheraton de Santiago para instalarse durante tres días junto a su retoño, su asesora doméstica y su asistente. Ahí comenzó a ordenar su itinerario y a armar una agenda que combinara relajo con su hijo y comidas con algunos cercanos en el país
Por eso, el mismo miércoles partió al Alto Las Condes para comprar juguetes que mantuvieran entretenido a Ethan. De hecho, durante gran parte de la estadía el menor ha disfrutado de sus horas libres en su habitación o en alguno de los jardines del recinto. Pero ayer su padre quería brindar con sus pares.
Ahí contactó a quizás la persona más cercana que tiene por estos lados, el empresario Eduardo Atal, el más antiguo distribuidor de Mercedes Benz en el país. Ambos se conocieron en 1998, cuando al chileno le llegó una invitación del hotel Hilton para participar de una recepción en la casa de Anka en Beverly Hills. "Fui con mi mujer, llegamos con mucha gente en limusinas y tuvimos muy buen feeling con Paul. Nos tomamos varias fotos", detalla Atal.
Doce años después, en las horas previas al recital del cantautor en el casino, el chileno contactó a sus productores y le envió una de esas imágenes. El canadiense recordó la historia y pidió su teléfono. "Ahí me llamó para juntarnos a almorzar", dice el ejecutivo.
Para la invitación arribó con un ilustre: Lucho Gatica, amigo de Atal que también quería saludar al crooner. Los tres se reunieron cerca de las 14 horas en el restaurante El Bohio del Sheraton, a compartir anécdotas y almorzar una entrada de mariscos, cordero y postres.
Gatica al habla: "Fue un lujo, siempre lo admiré. Lo conocí el año pasado en el estudio de Capitol Records en EE.UU. Se acordaba de eso. Hablamos de Las Vegas, de mi sobrino Humberto Gatica, de las sopaipillas y nos tomamos muchas fotos", detalla el bolerista en torno a la cumbre anónima y espontánea que juntó a dos leyendas.
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