P.D. James, la dama del policial, entrega las claves del relato detectivesco

<P><I>Todo lo que sé sobre novela negra</I>, que acaba de llegar a Chile, es un recorrido histórico del género. </P>




Hace 50 años, Phyllis Dorothy James decidió escribir una novela. Llevaba postergando el plan por cuatro décadas y, con un esposo enfermo y una familia que mantener, no tenía ganas de complicarse más la vida con temas autobiográficos o echar mano de los traumas de la II Guerra Mundial. Optó por una novela negra. Medio siglo después, convertida ya en la Dama del Crimen, está segura de haber tomado la mejor decisión: "El relato detectivesco es el aprendizaje ideal para alguien que se embarca en la escritura".

A sus 90 años, P.D. James es una reliquia viviente: amante de los gatos, estricta bebedora de té y nombrada baronesa por la Reina Isabel II, es el último eslabón del más clásico relato policial. Autora de más de 20 novelas y creadora del detective Adam Dalgliesh, conoce bien su negocio y por eso su libro Todo lo que sé sobre novela negra, recién llegado a Chile, es un perfecto manual de instrucciones para primerizos en el género. Lectores y autores.

Un poco de orden

Menos ambicioso que el volumen Suspense, de Patricia Highsmith, P.D. James hace un recorrido histórico por el policial, partiendo por La piedra lunar (1868), de Wilkie Collins, hasta nuestros días, dedicando palabras a Henning Mankell e Ian Rankin. La guían sus gustos. Gran parte de su mirada está puesta en fundadores del género, como Poe, Chesterton y Conan Doyle, pero también explora la novela negra estadounidense y sus íconos: Ross Macdonald, Dashiel Hammett y Raymond Chandler. Y si bien sostiene que este último "enseñó que lo importante estaba detrás del misterio y la trama ingeniosa", James tiene claras sus preferencias.

"La sola presencia de un cuerpo en el suelo de un salón puede ser más terrorífica que una docena de cadáveres acribillados a balazos en las infames calles de Chandler, precisamente porque está totalmente fuera de lugar", anota.

En medio de consejos más o menos obvios ("El detective nunca debe saber más que el lector"), James aprovecha de matizar la influencia que ha tenido en su obra Agatha Christie. "Christie no tuvo un impacto demasiado profundo en el desarrollo de la novela negra. No fue una autora innovadora ni le interesó explorar nuevas posibilidades del género", asegura. Pero le concede algo: "Tiene una prosa excitante, entrega un puzzle desafiante y el lector podrá reencontrarse con sus originales libros como viejos amigos".

Aunque James cree que el policial es "literatura de escape", también está segura de que en los años de oro del género, en la primera mitad del siglo XX, con autores como Dorothy L. Sayers, Margery Allingham y Ngaio Marsh, la novela negra entregó algo más que diversión: "Esos libros, donde los crímenes tenían un solución, sugerían que vivíamos en un universo moral, comprensible, precisamente en un tiempo en que irrumpió la violencia en nuestra vida cotidiana y la guerra era una amenaza diaria. En cierto sentido, un relato de detectives es una pequeña celebración de la razón y el orden en nuestro mundo desordenado".

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