Perro Muerto, el filme hecho entre amigos que ganó en Valdivia

<P>La primera cinta de Camilo Becerra nació de un esfuerzo de compañeros universitarios que cuentan una gran historia de maternidad adolescente.</P>




Camilo Becerra, el ganador de la competencia nacional del reciente Festival de Cine de Valdivia, dice que con sus amigos apenas logró reunir un millón de pesos para echar a andar la película Perro muerto. El resto del financiamiento llegó a través de premios en festivales, apoyos desde el extranjero y la ayuda de Marco Roldán, un director de fotografía radicado en Estados Unidos que proveyó el equipo técnico. A cambio, eso sí, pidió trabajar en la producción chilena.

Película callejera enmarcada en los cambiantes escenarios urbanos de Quilicura, Perro muerto es una historia que camina derecho y rara vez da vueltas en círculos o entra en callejones sin salida. Por el contrario, su discurso es claro, su trama es precisa y sus actores dicen lo justo para contar un relato de maternidad juvenil.

"Mis influencias van del neorrealismo italiano hasta los hermanos Dardenne. Pero también me gusta mucho el cine de Andrei Tarkovski y de Aleksandr Sokurov", dice Becerra, quien tiene 29 años y estudió en la Universidad Arcis.

Para ubicar la película en un mapa claro, se podría decir que toda la concentración que José Luis Torres Leiva (El cielo, la tierra y la lluvia) aplica a sus paisajes hipnóticos, Becerra la dedica al relato. "Me importa mucho que los personajes sean fuertes. Por eso trabajamos mucho con los actores. Nos demoramos dos años en hacer la película", explica el director. "Fue casi como una mutual: la protagonista es también la directora de arte y otra actriz es coguionista", agrega Becerra sobre sus compañeros de universidad involucrados en el rodaje.

Junto a trabajos como Lucía, de Niles Atallah, Perro muerto fue parte de la producción chilena más interesante que llegó al festival austral. El crítico argentino Diego Batlle (de La Nación) destacaba en su blog (otroscines.com.ar) el nivel de la muestra, calificando a la obra de Becerra como "una pintura social digna de un director con un gran presente y un enorme futuro".

Perro muerto le debe algo al cine social local de los años 60 (Littin, Francia, Kaulen) y su director dice: "Sigo siendo de los que piensan que El chacal de Nahueltoro es la gran película chilena".

La trama sigue a Alejandra (Rocío Monasterio), una joven madre soltera que vive de allegada con su hijo en la casa de unos familiares de su ex pareja. La muchacha es intimidada por su suegro para que abandone el lugar, pues pretende venderlo a una empresa constructora.

El paisaje de Quilicura es otro de los protagonistas, mostrando las diferencias entre los viejos barrios (donde vive Alejandra) y los nuevos condominios. "No soy de Quilicura, pero crecí en San Miguel, un sector donde había bastante contraste entre quienes vivían a un lado y otro de la Panamericana. Yo era del lado pobre", cuenta Becerra.

Perro muerto aún no tiene fecha de estreno, pero uno de los grandes aportes para posproducción vino del Festival Sanfic 2009, donde ganó 25 mil dólares. "Sin el aporte de ellos no estaríamos aquí. Fueron lo suficientemente generosos como para permitirnos estrenar en Valdivia", concluye Becerra.

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