Perspectiva histórica




TODOS LOS grupos políticos que han llegado democráticamente a La Moneda en los últimos 70 años han intentado construir mayorías claras que les permitan proyectarse en el poder por un tiempo largo. Los presidentes quieren, obviamente, entregar la banda a un correligionario.

Una de las claves para trascender, por supuesto, es hacer una gestión positiva que atraiga nuevos votos. El éxito o fracaso en este propósito se mide en el resultado que logra el oficialismo en la primera elección siguiente a aquella que lo llevó al poder.

Pedro Aguirre Cerda fue elegido en 1938 con el 50,1% de los votos. Dos años y medio después, en las parlamentarias de 1941, sus partidarios obtienen el  62% de los sufragios (11,9 puntos más).

En 1952, Carlos Ibáñez fue elegido Presidente, con el 46,8% de los votos. Seis meses después, en las elecciones parlamentarias, los ibañistas lograron el 49,2% de los votos (2,4 puntos más).

En 1958, Jorge Alessandri fue elegido Presidente con el 28,85% de los votos. En la primera elección siguiente, municipales de 1960, los oficialistas sumaron el 33,68% de los votos (4,7 puntos más).

En 1964, Eduardo Frei fue elegido Presidente con el 55,6% de los votos. Descartando a quienes votaron por él como mal menor, su apoyo efectivo puede estimarse en el orden del 36%. Seis meses después, en las elecciones parlamentarias, los partidos freístas suman 45,5% de los votos (9 puntos más).

En 1970, Salvador Allende fue elegido Presidente con el 36,2% de los votos. Seis meses después, en las municipales, los partidos de la Unidad Popular llegan al 49% de los votos (13 puntos más).

En 1989, Patricio Aylwin es elegido Presidente con el 55% de los votos. De ese total hay por lo menos 5 o 6% del PC, por lo que el apoyo directo a la Concertación puede estimarse en 49 o 50%. Dos años y medio después, en las elecciones municipales de 1992, los partidos que apoyan a Aylwin logran, sin incluir a los comunistas, un 56% de los votos (7 puntos más).

En suma, la revisión histórica muestra que todas las coaliciones que llegan al poder han logrado en la primera votación como gobierno  mejorar su votación (en rangos que van de 2,4 a 13 puntos adicionales). Hubo sólo dos, en todo caso, que fueron exitosas en términos de conseguir varios gobiernos consecutivos del mismo signo (Frente Popular, 1938-1952, y Concertación, 1990-2010).

¿Y la Coalición por el Cambio? En enero de 2010, Sebastián Piñera fue elegido Presidente con el 51,6% de los votos. En primera vuelta, obtuvo un 44,1%, que es lo que podemos considerar su apoyo más real. Anteayer, 28 de octubre, en la primera elección siguiente, los partidos oficialistas han logrado apenas el 37,5% (6,5 puntos menos). El de Piñera, entonces, y considerando los últimos 70 años, es el único gobierno de signo nuevo que baja su apoyo en su primera elección.

Vista esta circunstancia, y aun cuando sería prematuro pensar que la elección presidencial del próximo año ya está decidida, parecen ser muy bajas las posibilidades de un segundo gobierno de la Coalición.

Patricio Zapata
Abogado

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